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Seúl, Corea del SurEl auto de color gris estrella se detuvo frente aquel edificio abandonado. Aquellos zapatos de lujo y traje de sastre se hicieron presentes en aquel lugar, donde hombres con tubos y grandes palos de madera lo estaban esperando, hasta que les dieran órdenes.
—Señor, está adentro. —él no dijo nada, solamente quitando su saco y abrochando los dos botones de sus mangas, entró a aquel lugar—
Un hombre con una bolsa de tela en el cabeza, amarrado a una de las tantas sillas de metal que ahí tenía llenas de sangre y restos de carne de las personas que ahí tuvo antes.
Sus ojos representaban ira y dolor, nadie podía detener eso.—E-Escucha, por favor. —el primer golpe de todo se plantó en su rostro— y-yo no quería provocar tu accidente, s-simplemente no había descansado bien, n-no tuve la culpa de nada, por favor~ déjame ir
El chico de reluciente traje, simplemente sonrió con burla mostrando una sonrisa hermosa pero a la vez tétrica en su rostro. Le habían quitado lo que más amaba durante esos años, su familia, su vida.
—Amenazaste a la persona que más amaba en este mundo, solo por no ir a prisión. —sostuvo su camisa— le dijiste que la matarías si decía algo de que lo que había visto, y tu~ sigues viviendo tu vida normal, sin trauma alguno. Dime, ¿a dónde le dijiste que se fuera?
—¡No lo sé! ¡Y aunque lo supiera no te lo diría! —respuesta incorrecta para él— no, no, espera ¿¡que demonios estas haciendo!?
—Investigando dónde está aquella persona que le da sentido a mi vida. —no le importó el dolor que sufriría aquel hombre, si es que así podía llamarle, solo clavó dos pedazos de metal, uno en cada muslo con todas sus fuerzas tratando de sacarle toda la información que quería—
El grito ensordecedor inundó aquel edificio y aunque estuviera completamente vacío, aquel grito había hecho que sonara habitado el edificio.
—Ahora habla. —el dolor recorría el cuerpo contrario, quería que sufriera eso y más, se había ganado un pase al infierno al estar matando gente para conseguir información, pero si eso la llevaba con ella no tenía problema alguno— bien, tú te lo buscaste
La sangre goteaba de los muslos de aquel hombre, simplemente temblando del dolor y sufrimiento que tenía ahí. Tratando de controlar sus propios gritos y mordiendo su lengua para evitar cometer una idiotez como anteriormente había hecho.
Sus ojos se abrieron de par en par al ver aquella máquina, un generador de electricidad, lo suficientemente fuerte como para matar en menos de dos minutos.—Dudo mucho que quieras sentir la corriente por todo tu cuerpo, que la cabeza te explote y que tus restos queden manchando las paredes como ha pasado con los que han estado en las sillas a tu lado. —comenzó a colocar los cables de corriente en esas varas de metal, haciendo que la desesperación comenzará a inundar al contrario— será mejor que hables, tienes un minuto y si lo haces, te dejaré ir
El cronómetro comenzó a correr y aunque el dolor lo inundara, sabía que moriría de la peor manera.
—¡Le dije que se fuera del país! ¡Japón, si Japón!, después de eso no la vi nunca más por que le dije que se olvidara del juicio. —una sonrisa se asomo en sus labios— ¡juro que después de eso no le hice nada más, p-por favor~!
—¿A donde le dijiste exactamente que se fuera? —preguntó tomando su cabello con fuerza— te quedan veinte segundos
—¡Osaka, Osaka! —y el cronómetro se detuvo— ¡le dije que se fuera Osaka, es la verdad!
—Se que es verdad. —lo soltó levemente, viendo como el hombre trataba de no llorar y formar una pequeña sonrisa en sus labios a pesar de que sus pantalones ya estuvieran húmedos— pero me alejaste de lo que más amaba y eso no tiene perdón para mi. Diviértete en el infierno
—¡NO, NO! —ni siquiera pudo gritar más, uno de los secuaces de aquel chico encendió el generador provocando que la corriente comenzará a correr por todo el cuerpo del contrario—
Las pequeñas luces que tenían conectadas comenzaron a parpadear aún más rápido, provocando una escena de miedo y terror en aquellos que no estaban listos para presenciarla.
El humo comenzó a brotar de las piernas del pronto cadáver y tal como aquel chico de reluciente traje había dicho, la cabeza explotó. Los restos salpicaron al chico de sonrisa macabra quien sólo buscaba lo que más quería.—Nuestro trabajo ha terminado aquí. —salió a paso apresurado de aquel lugar limpiando con su pañuelo las manchas de sangre— deshaganse del cuerpo y que uno vaya a mi oficina mañana para el pago.
—Si señor. —no mas palabras, solo eso—
El auto gris arrancó dejando solo una estela de polvo por donde pasaba. Se sentía satisfecho con la respuesta que había tenido por parte de ese pedazo de mierda.
Encontraría lo que más amaba, después de tantos años sin verla y no encontrarla a su lado.
Su teléfono comenzó a vibrar y en la pantalla del auto se reflejo aquel nombre que tanto había estado esperando.—Zhong. —habló luego de contestar— ¿encontraste algo?
—Aún no, después de todo, el hecho de que esté desaparecida tanto tiempo no hace el trabajo fácil. —el chico suspiro— ya la encontrarás, solo es cuestión de tiempo
—El tiempo es un enemigo para mí, debo encontrarla, han pasado cuatro años sin ella no puedo esperar más. —un suspiro se escucho del otro lado, sabía que estaba desesperado, pero no podía detener la búsqueda— la hubieras conocido, era la esposa perfecta, hermosa inteligente y lo más importante de todo, me amaba como no tenías idea.
—Me lo has dicho.
—Una pista clave es que está en Osaka, vive ahí. Ahí la mandó ese pedazo de mierda luego del accidente. —la cabeza de Zhong hizo click y comenzó a teclear distintas cosas en el portátil frente de él—
—Puede que si la encuentres en menos de los esperado Jaehyun o debo de decir...............
Yoonoh
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𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂'𝒔 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 [𝑳𝒆𝒆 𝑻𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈]
Fanfiction"𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒚 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒄𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒆𝒓 𝒔𝒆𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒆𝒄𝒖𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂𝒔, 𝒎𝒖ñ𝒆𝒄𝒂" Miedo, un sentimiento que ella sentirá cada momento que se encuentre ahí. Recuerdos inundaran su m...