Hay momentos en los que al conocer a alguien no te imaginas lo importante que podrá llegar a ser en ti o para ti.
Encariñarse con una persona es algo muy común, mejores amigos, novios, pareja, comprometidos, casados.
¿Acostumbrarse a alguien o algo?
Es algo que pega mucho ya que es como parte de ti. Desde que naces te has acostumbrado a muchas cosas; Cepillar tus dientes, peinar tu cabello, lavar tus manos.
Desde pequeños nos hemos acostumbrado a esa persona que no cuida, que nos alimenta, nos hemos acostumbrado a esa persona que siempre está a tu lado manteniendo te feliz y aun estando también en tus tristezas.
Y es que...
Llegan personas al paso del tiempo, cuando menos te lo esperas; Hacen un cambio en ti, te hacen sentir querido/a, te hacen sentir bien contigo mismo/a, hablas con esa persona a diario, empiezas a conocer todo de él, debilidades, locuras, gustos, desempeño, sueños, metas, de lo más pequeño a lo más grande tanto como esa persona empieza a conocer todo lo hermoso que llevas dentro.
Y eso te gusta, tanto que si es por una red social tu esperanza es entrar y verlo allí enseguida comenzar otra conversación y hacer rutina; Esa rutina que tanto te gusta seguir hasta un momento en el que quizás si a la persona a la cual te acostumbraste en una persona de diferente o de tu mismo sexo pero fuera de la familia, fuera de la costumbre cariñosa y no, amorosa.
Puedes acostumbrarte tanto a esa persona que la vez con otros ojos, no con esos ojos cariñosos con los que puedes ver a un hermano, a tus padres... Si no con esos ojos de querer tenerlo a tu lado siempre, que te cause esa sonrisa que puede sacarte a su antojo, a diario por siempre. Con esos ojos que quisieras amarle hasta mas no poder, sentirle cerca, poder abrazarle, besarle...
Pero...
Cuando esa persona ya no está, cuando esa persona se aleja, cuando esa persona no está para ti. Se siente un gran vacío, por ese lugar que ocupaba esa persona especial.
Volver a los lugares, o hacer las mismas cosas que hacías con esa persona te deprimen porque estuviste tanto tiempo con él, que no volver a verlo te parece extraño, horrible. Hasta tal punto en el que te toca aceptar que no existen los para siempre y, que la persona que este contigo ahora mismo es por un contrato imaginario. Algunos duran años, otros duran meses, como muchos solo semanas, o incluso días.
¿Has sentido ese puñal en todo el pecho?
¿Ese nudo en la garganta que tiene concentrada todas tus lágrimas hasta que estallas?
Hay personas que te acompañan desde tu crecimiento, hasta X punto.
Hay otras que conoces al paso del tiempo, y comparten contigo experiencias inolvidables.
Fiestas de cumpleaños, graduaciones, fiestas de piscina, presentaciones, conciertos, celebraciones...
Como también están en esos momentos tristes.
Perdidas, caídas, traiciones, engaños...
Duele tanto ese sentimiento del ver que ya no está en tu lista de conectados, que ya no está en tu casa como solía estar siempre, que ya no lo ves en el parque, la plaza o el centro.
Ya no ves brillar sus ojos o su sonrisa, solo ves un espacio vacío.
¿Te ha pasado?
A mi si.
Pero en algún momento de la historia trágica y triste toca darse cuenta que NO TODO DEPENDE DE UNA PERSONA EN ESPECIAL.
Si hablamos de perder a alguien lee el capítulo anterior.
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Lluvia de corazonadas.
De TodoDesahogos literarios, musa inefable, noches grises tal cual tatuaje sobre la espalda de un reo. El lápiz y el papel pueden ser mas que simple utensilios. instagram.com/rosalesaar/ twitter.com/rosalesaar_ ...