Lluvia de corazonadas.

•Amor toxico•

Obvie por un pequeño momento el mundo, y me concentre en tu mirada.

Encontré más de lo que creí que existía.

Fuiste tú.

Quien logro de mas, quien encontró más, quien resulto mas, quien quiso más.

¡No!

No quiero esto, no.

No deseo esto, no.

No puedo ni quiero definirte lo que siento.

-No trates de acelerar, yo solo busco el cómo frenar-

Pero, tu mirada causa en mí, un efecto que va mucho más rápido que la droga en el organismo.

Pero, tu voz causa en mí, un efecto que va mucho más rápido que una bala directa a la cabeza.

Pero, tus besos causan en mí, un efecto que va mucho más rápido que la ignorancia en los humanos.

Pero, tus manos me hacen sentir que solo vivimos en el verano, el invierno no existe.

Deseo mirarte pero, no deseo enamorarme.

Deseo mirarte pero, no quiero sentir que hechizas mi mundo para gobernar en él.

"Pasajera" es la palabra que mi mente solo sabe procesar cuando quiero sonreír en medio de un beso, seguido de esas imágenes que me reúso a llamar recuerdos, esas imágenes que me agobian y obligan a creer que soy una completa idiota, que mis labios jamás querrán ser besados, ningún cuerpo pedirá mis brazos de refugio, que mi cuerpo jamás será deseado, nadie exigirá o necesitara de mi presencia a su alrededor.

¡Vamos! Golpéame, lo sé, soy una idiota.

En eso me convertiste, en una maldita sin sentido de la cordura, llena de remordimiento, una persona insufrible, causando daños por donde quiera que pase.

¿Recuerdas el cómo me conociste? Tan sonriente que dudabas de que fuera capaz de sostener tanta felicidad. Tan tierna que podía matarte de dulzura. Tan eficaz y segura, que podía ser inmune a tus encantos. Contaba con una dosis de sensibilidad, ganaste.

De alguna forma fui un reto para ti, fui el nivel más difícil de tu vídeo juego favorito, al lograr lo que querías... ¿Dónde estabas? Burlándote de mí.

¿Cuántas mentes manejas a tu antojo?

¿Cuántos labios muerdes sin rencor alguno?

¿Cuántas mentiras usas para conseguir lo que deseas?

¿Cuántos cuerpos has rozado sin importar sentimientos ajenos?

Enamoras, encantas, ahogas, intoxicas.

¡Vamos! Búrlate, aún no he olvidado el cómo reír sin piedad alguna, ante un caso de dolor extremo... para cuando pueda verte sufrir como ahora lo deseo.

Continúa riéndote, llámame tonta, avergüénzate de mí.

Pero, hazme un favor, cierra la puerta al salir, no quiero más visitas.

-Y trata de aprenderte de memoria tu sonrisa, porque pronto dejaras de verla más seguido.