IV

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Sasuke llegó a su departamento. Itachi se había llevado a Aoda por un par de días, para que él pudiera descansar tranquilo. De igual forma, eso no pasaría, ya que tenía una carta pendiente por leer:

"Me llamo Sakura Haruno, nací un 28 de marzo, en París Francia. Mi mamá, Tsunade Senju, era originaria de Konoha, y mi papá, Kizashi Haruno, francés. Se conocieron en París, se enamoraron, y Tsunade accedió a casarse. Se quedó en un país extraño, por amor, donde tendría a su única hija.

Mi infancia fue de lo más convencional. Era una niña a la que le gustaban cosas típicas y tenía una vida feliz, aunque nada extraordinario. Mi madre solía trabajar en un salón de belleza, por lo que yo pasaba mis tardes viendo a mujeres hermosas y sofisticadas entrar y salir. Se podría decir que me inspiraron a ser lo que soy hoy.

Mi padre, por otro lado, es abogado. Recuerdo que trabajaba en cierta firma legal, hasta que decidió abrir su propio bufete. Esa fue la primera desgracia en mi vida.

Cuando yo cumplí los 12 años, Kizashi engañó a Tsunade, con su secretaria. Algo cliché ¿verdad? Supongo que todo para mí ha sido un poco así, típico.

Mi madre lo amaba devotamente, pero ese acto de infidelidad no lo pudo perdonar. Inmediatamente solicitó el divorcio, y aunque mi papá quería que yo viviera con él, me mudé a Konoha, la tierra natal de Tsunade. Ella no quería quedarse sola, además, Kizashi llevó a vivir a su secretaria a la casa que solía compartir con su esposa.

Cuando vinimos a Konoha, nos recibió mi abuela, lo cual fue una fortuna porque mi mamá estaba muy enferma. Todo lo que estaba pasando en nuestras vidas le sobrepasó la cuenta, y le produjo una depresión, muy fea... Con el tiempo supimos que también sufría bipolaridad (aunque "por suerte", solo era tipo 1). No estaba cumpliendo del todo su rol como madre, y mi abuela ya estaba muy anciana para hacerse cargo de mí. En aquel entonces yo tenía 14 años.

Es una edad que jamás olvidaré porque fue cuando mi mamá tuvo intenciones de quitarse la vida. Yo estaba asustada, no sabía qué hacer, así que llamé a la policía. Llegaron junto con una ambulancia, y lograron detenerla antes de que ocurriera una tragedia.

Le dijeron que si no estaba mentalmente capacitada para ejercer su maternidad, perdería la custodia. Y como no había nadie más que pudiera cuidarme, yo tendría que regresar con mi padre.

Así fue como ingresó en una clínica de salud mental, donde pasó aproximadamente 5 meses. Ahí se dio cuenta de que había personas que estaban muchísimo peor, y al menos, ella tenía un motivo para sanar, por lo que se esforzó muchísimo, y lo logró (bueno, no en su mayoría, sí quedó media rara).

Cuando cumplí 15 años, mi abuela falleció. No la llegué a conocer muy bien, pero le guardo mucho cariño porque nos recibió cuando no teníamos a nadie más.

También me cambié de escuela, y conocí a Ino, mi mejor y única verdadera amiga. Y aunque parecía que en mi vida social las cosas mejoraron, en casa la situación no era igual.

Tsunade no era capaz de mantener un trabajo estable, y con el tiempo dejó de intentarlo. Se conformó con la pensión alimenticia que sagradamente Kizashi enviaba todos los meses. Ella también hizo una amiga, Shizune, quien es como una tía para mí, pero no sé si sea muy buena influencia. Desde que se hicieron amigas, se dedicaron a salir de fiesta y buscar novios.

¿Sabes cuántos posibles padrastros he tenido a lo largo de estos años? Porque yo no, ya perdí la cuenta.

Mi mamá me quería, no, me quiere y adora, pero hace mucho que dejé de verla como figura materna. Es más como una amiga con la que nos cuidamos mutuamente. Se preocupa por mí, pero no es que haga mucho al respecto. Es muy relajada y liberal. Por lo mismo yo pasé mi adolescencia sola.

Corazón de azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora