Corazón de azúcar: Nuevos recuerdos

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"Benditos sean los olvidadizos pues superan, incluso, sus propios errores"
Friedrich Nietzsche


Era viernes, 7 pm, y Sakura se encontraba sirviendo a los clientes en la barra del café donde trabajaba.

La verdad es que estaba algo impaciente, pues las últimas semanas había estado yendo, sin falta, ese tal hombre extraño llamado Sasuke. Ya se le había hecho costumbre: él iba, se sentaba en la barra (curiosamente, justo el día y horario en que a la pelirrosa le tocaba quedarse atendiendo ese sector), pedía un menta latte y se quedaba hasta las 9 pm que era cuando el local cerraba.

A Sakura le generaba mucha intriga aquel sujeto y quería conocerlo más a fondo.

Además, a su juicio era bastante atractivo.

"No, no solo a mi juicio. Él objetivamente es guapo" pensó con una sonrisa mientras limpiaba unos cubiertos.

—Hola —No sabía por qué, pero cada vez que Sasuke le hablaba, sufría un escalofrío.

—Hola... —respondió como si hubiese estado durmiendo y recién despertara— Hmm son las 7 con 5 minutos, llegas cinco minutos tarde. Si hay otra cafetería con otra mesera que te sirve mejor el café, solo dímelo. No necesitas serme infiel a escondidas, soy fuerte y puedo tolerarlo— le dijo fingiendo estar despechada.

—Ah, entonces cada viernes esperas mi llegada.

—Que no se te suba a la cabeza. Solo lo hago porque se hizo una costumbre verte aquí.

—Hmp...

—¿Y qué tal el trabajo? —preguntó sirviéndole su café preferido.

—Todo bien, gracias.

—Pff... —resopló.

—¿Qué?

—¿Te gusta ser un enigma?

—¿Por qué lo dices?

—Porque llevas mucho tiempo viniendo aquí, y haces preguntas sobre mí, pero casi no me das detalles de ti. Así que o quieres parecer interesante, o simplemente eres un psicópata que me secuestrará tarde o temprano.

—Me descubriste —Sasuke levantó los brazos— tengo mi camioneta estacionada afuera, ¿quieres echarle un vistazo?

—Buen intento, pero ya vi "The silence of the lambs". Creo que tendrás que tratar de otra forma —Sakura lo miraba con los ojos muy abiertos. En su interior, tenía la esperanza de que este hombre tan misterioso estuviese interesado en ella y la invitara a salir.

—¿Y si te invito un café? —la observó fijamente.

—Eh... —ahora estaba desilusionada— honestamente el café me tiene algo hastiada. Yo soy quién lo sirve, ¿sabes? No es como si me dieran ganas de salir de mi trabajo para ir nuevamente a otro lugar donde alguien haga exactamente lo mismo que yo hago.

—Tsk... —Sasuke se dio cuenta de lo estúpido que era.

A ver, había tenido mucho tiempo para planear esto, estaba siendo lo más delicado posible dado el contexto, ¿y se le ocurría ofrecerle algo así? Solo atinó a desviar la mirada.

"¿Por qué es tan difícil iniciar algo con ella?" pensó. Entonces recordó que en un comienzo, fue Sakura quien siempre tomó la iniciativa. Sin embargo, por lo que había notado en el último tiempo, ella había cambiado. No del todo, pero aun así debía conocerla nuevamente y no esperar lo mismo de antes.

—Bueno... —ella no sabía qué decirle, se agarraba el mandil con nerviosismo. Quería buscarle tema de conversación, pero escuchó cómo unas personas la llamaban porque querían un té— Oh... debo seguir trabajando, luego hablamos entonces.

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