BROOKE
La casa de Nash se destaca por tener un estilo moderno; su decoración es funcional y simplista. Predominan los colores oscuros que, por cierto, dan mucha elegancia a toda la casa, hasta a un simple cojín. Los adornos son armónicos, no llaman demasiado la atención, pero tampoco pasan desapercibidos.
En la mesa de centro hay una balanza dorada y un recipiente de vidrio con pequeñas piedritas grises perfectamente ovaladas y planas, casi como si hubieran sido hechas así apropósito. Tal vez lo fueron. Quién sabe.
La cuestión es que, encuentro mucho entretenimiento en esa balanza. Me divierto poniendo piedras de un lado y de otro, viéndola bajar y subir a medida que agrego o quito peso. No sé si ese será el propósito o si es solo decorativo, pero me pierdo fácilmente haciéndolo.
Ahora es uno de esos momentos. El lado izquierdo tiene tres piedritas, el derecho tiene uno.
Puedo sentir cómo Nash me observa colocar una piedrita más en silencio.
— No entiendo por qué lo hiciste —suelto por decimoctava vez, quizá.
— Me puse nervioso —contesta por decimoctava vez— Me pone nervioso hablar con otras personas.
— Yo también soy una persona y me estás hablando sin problemas.
Coloco una piedrita del lado derecho.
— Pero tú eres mi amiga, ellos no.
Agrego una piedra más al lado derecho.
— Pues entonces no les hubieras hablado —murmuro viendo como la balanza se alinea.
— Brooke, ¿qué pasó con Skyler y Eithan? ¿Por qué no quieres saber nada de ellos?
Estaba por colocar una piedrita más, pero la pregunta de Nash hace que se me vaya el interés por la balanza. Así que quito las demás, dejando la balanza igual en ambos lados y levanto la mirada para verlo.
Una de las cualidades de Nash es que jamás sientes que va a juzgarte y sé que lo conozco hace muy poco, prácticamente nada, pero, aun así, siento que podría contarle que asesiné a alguien y lo entendería. Es extraño de explicar porque es la primera vez que me pasa algo así con alguien.
Aun así, me cuesta mucho trabajo contarle por qué mi relación con Skyler y Eithan es complicada.
Sé que Nash no me va a juzgar, ni se va a alejar por temor a qué esté igual de "loca" que mi madre, tampoco inventara excusas para no pasar tiempo conmigo por temor a lo que los demás digan. Él no es igual a las personas del instituto, ni a mis viejas amigas.
No temo contarle a Nash por cómo reaccionara, sino por cómo voy a reaccionar yo al contarle todo aquello.
Hablarle sobre eso no solo significa tener que abrirme sobre el tema de mi madre, sobre su historia, sobre cómo abusó de la hipnoterapia y de las personas que lastimó en el proceso, sino que también debo reencontrarme con momentos que no quiero volver a revivir, con emociones que no quiero volver a sentir.
Temo que, si hablo sobre mi madre y todo ese drama, aparecerá un remolino de emociones que me he esforzado por sepultar en lo más profundo de mi ser y se llevara todo lo que me costó construir.
Lo poco que pude construir.
— Es complicado —decido contestar, tras unos segundos en silencio— Muy complicado —agrego, levantando las cejas.
— ¿Tan complicado? —pregunta con los ojos entrecerrados.
Asiento con pesadez. Si tuviera que explicarle, no solo él terminaría con migraña, sino que yo también.
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Estúpidas Decisiones #MEN4
Roman pour AdolescentsSECUELA DE MI ESTÚPIDO NIÑERO -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Con la llegada de su abuela paterna a la ciudad, la presión por ser aceptadas por la universidad que desean, los líos amorosos en los que se encuentran y ciertas figuras maternas problemátic...