Prologo

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_Ey Papí, ¿Que estas haciendo? _ Cuestionó la vozecita cantaría_ ¿Vas a hacer Pizza? ¿Pizzita con huevo?.

El hombre río por lo bajo y negó, la niña estaba prácticamente en su verija. Era tan pequeña que era cómico verla en punta de pie intentando ver lo que hacía el mayor.

_Tené cuidado Shorty, te puedo quemar..._ Declaró alejando el malboro encendido de la niña_ Y no, no voy a hacer Pizzita, Voy a hacer Ñoquis...

La pelinegra sonrió, le gustaban los Ñoquis.

_¿Por qué no le preparas un fernet a tu viejo? Dale que cocinar me da sed..._ Pidió agachadose y dejando un beso casto en la mollera de la ojiazul_ Dale dale, que se me quema el tuco, rápido...

La menor no dudó en buscar los ingredientes y el vaso medidor de su padre, hecho de metal y con el escudo de Boca Juniors grabado al igual que las medidas setenta y treinta.

Sus pasos ligeros hicieron eco en el suelo lustrado mientras a espaldas de su padre corría de un lado a otro la cocina. Tomó la botella verde y lleno el vaso de líquido perfumado y se detuvo hasta el treinta, colocó los hielos e inclinando ligeramente el recipiente lo colmó de cocacola hasta el setenta.

Observando con grandes ojos brillantes como la espuma amarronada crecía como una nube la niña revolvió el líquido con su dedo y luego lo chupo; Haciendo una evidente mueca de asco ante el sabor y aroma tan fuerte.

_Ya está papi, esta rico, toma..._ Con las dos manos ofreció la bebida y el mayor lo tomó, sorbio ruidosamente y luego soltó un sonoro "Ahh" sonriendo_ ¿Esta rico?.

_Esta riquísimo, princesa, riquísimo...

La niña se carcajeo de manera chillona mientras abrazaba la pierna del pelinegro.

Su padre. Tan amado. Stolas no imaginaba la vida sin ese amoroso hombre de pelo negro y ojos azules claros como el cielo veraniego.

¿Había más aparte de eso? Gustabo Cerati sonaba en la radio y el olor a salsa y pasta se sentía en el ambiente.

Cuando la cebolla entra en contacto con el sarten, el aroma en la cocina se vuelve espectacular. La carne uniéndose a la mezcla, embebida en sal, vino, especias y mantequilla, no hace más que perfumar el ambiente con seductoras notas a hogar familiar.

Eso era todo lo que ella quería y deseaba; Su padre, buena música, comida rica y aquellos aromas embriagadores inundando su cocina.

El mundo podía arder en llamas, como el mismo infierno, pero ella estaría feliz si era su padre quien la acompañaba.

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Stolas sintió la puerta de su casa abrirse y el cuerpo de su padre removerse. El lecho quedó frío cuando el mayor se marchó y el sonido de sus pasos hicieron eco.

_¿Estas drogada?_ La voz de su padre sonó ronca e incrédula_ ¿Sabes que es el cumpleaños de tu hija? ¿Eh? ¿Lo sabes?.

SHORTY "SHOJO"  IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora