Siempre pensó que estaría solo, conquistaría al universo, asesinaría a Freezer, por fin cobraría venganza, pero, las cosas cambiaron. En un gran juego del destino, Vegeta llegó a la tierra y conocío a Bulma y sin darse cuenta, estaba completamente e...
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— No lo sé, ha estado muy quieto estos días, debería moverse, no sé... Patear... — comentaba una peliazul que se encontraba acostada en su cama, con una panza de cinco meses que ya le pesaba en la espalda, acariciando su vientre.
Él pelinegro estaba cambiándose, dejando su armadura en una silla a su lado y quedando nada más en ropa interior. Se sento en el borde de la cama, observándola, insistió nuevamente; — no se ha movido desde esa vez, cuando le diste energía... ¿estará bien? — su voz tuvo un deje de preocupación.
Ante eso, se sintió culpable, no queria encariñarse con el cachorro, ya era suficiente con la humana, pero verla así lo hizo sentirse peor. Suspiro, y se inclino un poco, — siento su ki, esta bien, — con su mano acaricio su vientre dándole un poco de energía otra vez, notaba que ella estaba cansada, eso la haría sentir mejor y así fue, retiro su mano cuando sintió un golpe en ella, aquello lo sorprendió, — ¿qué demo... — dejo la pregunta a la mitad, para verla a ella.
Una amplia sonrisa se plasmo en su rostro, — ¡fue una patada! Se movió, ¡apenas lo tocaste lo hizo! — exclamó emocionada, acariciando más su vientre con amor.
Trago saliva, sintió ese golpe, — ¿no te hizo daño? — inquirió inseguro.
Bulma negó aún con esa sonrisa, — no, no importa, ven, tocalo otra vez, — con su mano busco la del contrario, posandola en su vientre con la de ella encima, después de unos segundos sintio lo mismo, — ¡se movió otra vez! ¿lo sentiste? — levanto su mirada, ambos seguían en esa posición.
No podía describir lo que sentía, era algo calido pero no lo incomodaba, estaba impactado, solo lo hacía cuando él acariciaba el vientre de su madre, — esta golpeando... — comento mientras lo sentía removerse.
— Sabe que eres su padre, — una risa suave se le escapo, — si es así aún estando en mi vientre, ya me imagino cuando nazca. — observo a Vegeta, plasmado y confundido, entendía que estaba lleno de sentimientos... Pero aún así, no alejo su mano.
