XIV

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Como siempre, Bulma no le temia a nada, después de terminar la habitación de gravedad llego y encontro a Vegeta dormido, con Trunks a su lado, los dos junto a unos tres potes de helado

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Como siempre, Bulma no le temia a nada, después de terminar la habitación de gravedad llego y encontro a Vegeta dormido, con Trunks a su lado, los dos junto a unos tres potes de helado. La escena le gusto demasiado, así que no dudo en tomarle una fotografía y guardarla. La propuesta se llevo a cabo cuando lo desperto, ambos fueron al jardín.

Ella le dijo que lo amaba y que aquí en la tierra era hora de dar el siguiente paso, casarse.

Vegeta le dijo que en sus tradiciones ya lo habían hecho, desde que ella quedo embrazada y le dejo la marca en su cuello.

Eso la emociono demasiado, quiso hacerlo legalmente por lo civil y luego invitar a sus amigos para almorzar, él acepto.

Se encontraba sentado en una mesa con su hijo, quien comía al igual que su padre, en ese momento Trunks levanto su mirada, encontrándose a Yamcha observándolos, — papá, — lo llamó, haciendo que lo viera atento, — mira, mira. — lo señalo, al momento que él guerrero del desierto desviaba su mirada.

Vegeta sonrió con soberbia, — ese solo es un insecto, Trunks. Un debilucho nada más. — se reclino en la silla, sabia que eso le dolía a la sabandija, él mismo sintió su presencia cuando estaba con Bulma, pero quería dejarle en claro que ella le pertenecia y ahora su hijo también.

Él pelila solto una risa. — ¡insecto, insecto!

En ese momento llego Bulma con una sonrisa, ya que traía una bandeja con helado a la mesa. Al escuchar a su hijo solto una risa, — ¡vaya! Cada día te pareces más a tu padre, hasta diciendo sus palabras, eh. — dejo la bandeja y se sentó al lado de su esposo.

Él saiyajin sonrió. — digno de un saiyajin, ¿verdad, mocoso?

— ¡Si, papá!

La escena no podía ser de lo más tierno, a pesar de su corta edad ella veía como su hijo adoraba a su padre, a ella también la queria pero no le molestaba esa admiración, su ahora esposo merecia todo el amor que no tuvo en su infancia, se inclino hasta llegar al oído de este, — te dije que te iba adorar, ¿verdad? — murmuro, volviendo a su posición.

Ante sus palabras la vio confundido, la peliazul nuevamente vio a su bebé. — Trunks, ¿qué quieres ser de grande?

— ¡papá! — exclamo feliz.

— ¿Como tu padre? — reitero la joven.

— ¡Si, fuerte!

Ante eso, ella le regalo una mirada a su esposo, quien en ese segundo sonreía levemente a su hijo, jamás penso despertar esa admiración en su cachorro.

Paternidad. || V.B || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora