Te protegeré nii-san [Kimetsu no yaiba]

32. Masacre en la ciudad de Asakusa.

 ⚠Advertencia ⚠

Esta historia puede ser cómica pero tiene también momentos sangrientos además de unos momentos depresivos, si eres sensible a este tipo de historias, ¡No lo leas!.

Que un mal manejo podría eliminar mi cuenta y de paso esta historia, por favor, este es un aviso importante.

Tal vez nunca había salido de su mala suerte, los cazadores eran enviados para vigilar que no hiciera ninguna locura, pero ¿A que locura se refería? ¿A las mismas que dijo Iguro? El nunca sería capaz de traicionar a la organización.

Todos los días se escapaba un rato de sus "guardias" para adentrarse en bosques y buscar a su hermano mayor, Yuichiro seguramente habría sobrevivido, pero no sabía si estaba bien, o dé repente ya lo habrían capturado y nunca le dijeron nada, tal vez ya estaría muerto. No sabía. Tal como guardaron el informe de su amnesia por tanto tiempo también tuvieron que guardar el paradero de su hermano.

"¿Estas seguro de que sigue vivo?, digo, ¿acaso sientes su presencia?, pues si esta por aquí estoy seguro que lo mataremos"

—¿Eso no les parece cruel? —dijo en un hilo de voz haciendo una mueca.

—No. Oye, sabes, si escapas sabremos como encontrarte, creo que eres el único ser en este planeta, chico, que tiene un cabello tan largo, pareces una mujer —rió.

—Me gusta mi cabello —se defendió —el de mi madre era así, solía hacernos lindos peinados, coletas, trenzas... muchos peinados que ahora no recuerdo —esperaba que con esas palabras dejara de molestarle con su largo cabello —Además me cubre del sol, y muchas veces es abrigador... —fué interrumpido por una risa algo grosera de parte de otro cazador.

—Pareces una nenita presumiendo tu cabello

—Tampoco uses esos términos Osamu —reprochó otro cazador.

—Que sensible eres Masahiro

—Le recuerda a su madre, no seas tan descarado —le defendió —¿A tí te gustaría que hablaran mal de tú madre?

—Al menos la mía sigue viva

—Sabes, mejor cállate —finalizó el llamado Masahiro —No les hagas caso Tokito-kun, son unos idiotas.

—No necesito que me defiendan, se defenderme solo —sentenció esquivando al cazador.

Caminaron un rato más, hasta que por fin logró escapar de nuevo de los cazadores para tener un momento a solas.

Meditó un poco, es cierto, parecía una mujer con el cabello tan largo que tenía. Pero le daba pena, eso era una de las cosas que heredó de su madre, Además tenía tantos recuerdos..."No, no seas una niña, esas son cursilerías" se dijo a si mismo, entonces tomó su katana y lo pasó por debajo de su cuello a la altura de la nuca.