03 | Meeting The Commander

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        LUEGO DE TRATAR LAS HERIDAS DE su hermano, Hyeon se encerró en su habitación y se asombró al verlo igual como lo recordaba, sin ningún detalle de por medio de más o menos. Incluso su peluche de panda estaba sobre su cama.

Como lo recordaba, su madre no estaba en casa. Ella era una mujer bastante ocupada y trabajadora, por lo que solía tener viajes largos a China porque allí es donde quedaba la empresa donde estaba. Le enviaba lo necesario a sus hijos para poder vivir, aunque no estuvo muy presente en su juventud y era obvio que no estaría en ese momento.

Se dejó caer sobre su cama, viendo en techo blanco mientras pensaba en varias cosas a la vez. En cierta parte, aún le costaba creer que en verdad había logrado viajar al pasado con su hermano, jamás creyó que algo así pudiera ser posible. ¿Por qué ellos? ¿Qué habían hecho para merecerlo?

Volver a su adolescencia era algo sumamente extraño. No fue su mejor etapa, ni siquiera tuvo amigos para ese entonces por ser considerada "rara" solo por haber nacido con el cabello en rizos y no lacio como el resto de la población de Japón. Quizás por eso fue que decidió cambiarlo al crecer, para sentirse incluida, sin embargo, no había mucha diferencia en lo que era el pasado con el futuro, ya que tenían una gran cosa en común:

No era nadie.

Y justo en ese momento fue que se dio cuenta cuando le dolía no ser tomada en cuenta.









          FUE JALADA A LOS BAÑOS CONTRA su voluntad, siendo lanzada hacia la puerta de un cubículo con fuerza. Ahí estaba Yuna, viéndola con superioridad, era conocida por ser la chica más caliente de la secundaria y la más problemática también, y con eso creía que tenía el derecho de hacer lo que le diera la gana. Una de sus amigas vigilaba la puerta mientras las otras dos estabas tras la chica de brazos cruzados.

—Mira como me dejaste la falda, grandísima perra. —la de pelo negro señaló su falda.

Hyeon sonrió con ironía.

—Nena, si tanto quieres una excusa para venir y encerrarme en el baño contigo, solo debías pedirlo y ya. —desvergonzada, la de rizos rubios guiñó un ojo, ganándose una mirada de asco por parte de la pelinegra.

—Te crees muy lista, ¿verdad?

—Más que tú, sí.

La cara de Hyeon casi se volteó por la bofetada que la pelinegra de labios rojos le dio. Al verla así, sonrió satisfecha, sabía que con eso bastaría para que la chiquilla rubia se callara la boca. Sin embargo, no contó que después de que Hyeon se enderezara lentamente, sonriera de forma inocencia y le devolviera aquella bofetada con mucha más fuerza, haciéndola agarrarse de una puerta de uno de los cubículos con la mejilla ardiendo en dolor. Desde esa posición, observó a Hyeon sorprendida.

¹ inmarcesible ; tokyo revengers  ❪ Saga 𝗧𝗜𝗠𝗘𝗟𝗘𝗦𝗦 ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora