(EDITANDO)
𝗜𝗡𝗠𝗔𝗥𝗖𝗘𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 | Sin saber cómo, Haganaki Hyeon regresa a sus días de juventud en el año 2005 junto con su hermano Takemichi, con el propósito de salvar a la novia de este de un futuro bastante trágico donde la Tokyo Manji se ve...
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SEGUNDOS PASARON. VARIOS, EN REALIDAD. SANO Manjiro veía de pie muy fijamente e intercambiaba miradas de hermano en hermano cada cierto segundo.
―¿Cómo se llaman? ―repitió después de que nadie dijo nada.
Hyeon sintió el agarre de su hermano en su cintura, lo hacía cada vez que se sentía intimidado desde niños.
―Haganaki Takemichi.
―Ya veo. Takemicchi. ―repitió Sano, pronunciado el nombre del ojiazul de una forma algo diferente.
―¿Eh? ¿Takemicchi? ―ladeó el mismo Hanagaki, confundido.
―Eso es lo que dijo Mikey, Takemicchi. ―se metió Draken, viendo la escena algo apartado.
Mikey desvió su mirada del chico hacia la femenina, alzando un poco sus cejas, paciente. Hyeon metió sus labios mientras respiraba hondo, sintió la mirada de Sano muy intensa, ¿su hermano habrá sentido lo mismo?
―¿Y tú? ―le preguntó Mikey.
Hyeon apretó sus labios y aclaró su garganta antes de responder.
―Mi nombre es... Hyeon... Soy su hermana. ―aclaró después de una pausa.
―Con que su hermana...
La Haganaki mayor quiso hacerse más para atrás cuando Mikey se agachó frente a ellos, aún estando cerca. Tomó de la cabeza a Takemichi con suavidad y casi lo acercó a él con una simple sonrisa.
―¿Cómo es que ambos están en secundaria? ―soltó sin pensarlo, los analizaba cada segundo y eso tenía atormentada a Hyeon. Miró a la chica y su sonrisa casi desapareció, más la mantuvo ahí porque notó como su rostro estaba ligeramente hinchado de un lado y tenía un roto en el labio inferior,― ¿Qué te sucedió, Hye?
La chica parpadeó cuando esté la llamó por su sobrenombre con toda la confianza del mundo. El chico insistió cuando lo que obtuvo como respuesta fue silencio.
―¿Él te ha golpeado antes? ―ni siquiera tuvo que señalar para saber que se refería a Kiyomasa. La de rizos asintió apenas por la cercanía de sus rostros y Mikey ladeó ligeramente su cabeza,― Ya veo... Oigan, a partir de hoy seremos amigos, ¿si?
Los dos Hanagaki tuvieron un tick en sus ojos por las repentinas palabras del rubio frente a ellos, no supieron qué responder o qué hacer, solo se quedaron ahí quietos viendo al chico levantarse y caminar hacia Kiyomasa.
―Tú organizas estas peleas, ¿no?
―Sí, señor. ―asintió Kiyomasa, como si fuese un orgullo.
Mikey se detuvo frente a él, sonrió de manera irónica y levantó su piernas hasta darle una buena patada en la mandíbula al chico. Tomó su cabeza en un puñado de su pelo y lo acercó a él con una mirada fría. Kiyomasa volvió a sangrar de la nariz.
