¹ inmarcesible ; tokyo revengers ❪ Saga 𝗧𝗜𝗠𝗘𝗟𝗘𝗦𝗦 ❫

17 | It's Time To Say "Goodbye"

capítulo diecisiete;
ES MOMENTO DE
DECIR "ADIÓS"

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          —¿POR QUÉ NOS MOLESTAMOS EN SALVARLO? —preguntó Akkun al lado de Hyeon, quien veía de igual forma rara a su hermano, incluso estaba un poco más separada de él para que la gente creyera que no venía con él.

—A ese idiota se le subió sus minutos de fama.

Y así era. Después de una semana, los rumores sobre la pelea de Moebius contra la ToMan recorrieron todas partes de Tokio, incluida la parte donde un chico nuevo —Takemichi— había logrado derrotar a Kiyomasa, defendiendo al sub-comandante de la ToMan. Ahora, el chico vestía de una forma tan ridícula que, según él, era la moda para los héroes de pandillas cómo él. Solo parecía un payaso.

—¡Miren! ¡Ese es Takemichi!

—¿Él no fue el que detuvo la pelea del 3 de Agosto?

—¡Que guay!

—¡Se ve muy rudo!

Y más, y más, y más comentarios así. Takemichi caminaba con sus manos en los bolsillos, sonriendo con orgullo mientras algunos de quienes lanzaron los comentarios hacían una reverencia cuando pasaba. Más atrás, Hyeon estaba con Akkun y los demás amigos de su hermano, sintiendo pena ajena por el rubio.

Se dirigían al hospital, iban a visitar a Draken. Por fin había despertado y por supuesto que ellos no iban a ser los únicos en no ir.

Al entrar al lugar, los amigos de Takemichi decidieron esperar afuera mientras los Hanagaki recorrían en pasillo. Hye no aguantó más y le dio un fuerte golpe en la nuca en su hermano.

—¡Auch! —sobo la parte herida,— ¿Qué te pasa, mujer? Arruinaras mi estilo de gánster.

—Niño, caminas como drogado, —estalló la de rizos,— pareciera que tus piernas están dobladas, en vez de mostrar abdominales muestras pelitos rubios y para rematar, ese asqueroso acento español te hace sonar como un retrasado mental.

—Solo tienes envidia de que todos hablan de mi. —sonrió, orgulloso,— Pero tranquila, hermanita, que yo te protegeré de todos a partir de ahora.

Cuando el chico fue a poner su mano sobre la cabeza de su hermana, la chica lo cogió de la muñeca y se la dobló a tal punto que casi lo puso de rodillas. Takemichi comenzó a chillar.

—¡Ay, ay, okey, perdón! ¡Ya suéltame!

Hye lo soltó cuando llegaron al cuarto de Draken. Su hermano la miró mal mientras tocaba la puerta y un grueso “pase” sonaba. Ahí estaba Draken, sentado en la camilla más fresco que una lechuga, una venda bajó su pijama de enfermo que nadie podía ver pero que él podía sentir. El más alto le sonrió a Hyeon cuando está lo saludó de lejos, sin embargo, al ver el estado y sentir el aura de Takemichi, frunció el celo y chasqueó la lengua.

—¿Qué onda, Draken? —le dijo el rubio adoptando una pose algo ridícula en su intento de verse cool,— ¡Hemos venido a verte! ¿Cómo has esta-…

—Deja de hacer el ridículo, payaso.

—¿Eh? ¿De que hablas?

—Me basta con mirarte para darme cuenta. —contestó el hospitalizado,— Recibes un mínimo de atención y se te sube a la cabeza. Eres patético. Hye, ¿no pudiste calmarlo un poco?

—Déjalo vivir su fantasía al menos un rato, ¿si? —excusó la nombrada, yendo a sentarse en la camilla junto al más alto.

—Ustedes no lo entenderían. Pase toda mi vida bajo las sombras. —intentó explicarle Takemichi.