(EDITANDO)
𝗜𝗡𝗠𝗔𝗥𝗖𝗘𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 | Sin saber cómo, Haganaki Hyeon regresa a sus días de juventud en el año 2005 junto con su hermano Takemichi, con el propósito de salvar a la novia de este de un futuro bastante trágico donde la Tokyo Manji se ve...
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capítulo veintiséis ; LA LUNA ME RECUERDA A TI
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MIKEY NO PUDO DORMIR ESA NOCHE, a pesar de que debía tener todas las energías posibles para el enfrentamiento de mañana.
Estaba sentado sobre su cama, sus codos apoyados en sus piernas mientras veía la luz de la luna por la ventana de su habitación.
"-La luna se ve muy hermosa hoy, ¿no crees?"
Gruñó al recordar su voz, gruñó al recordarla a ella y gruñó aún más alto cuando recordó sus últimos momentos. Parecía un sabueso.
Se levantó y sin más se dirigió a paso lento hasta apoyarse del marco de la ventana, sus ojos sin dejar de ver la luna la cuál le recordaba a cierta chica bajita que en esos momentos, quizás, estaba en mal estado.
Cuando vio aquella foto de Hyeon apresada, sintió una pesadez en su estómago. Dicha pesadez, subió hasta su cabeza y nubló todos sus pensamientos hasta llegar a un punto dónde tuvo que desahogarse con un viejo saco de arena que tenía en su salón de entrenamientos.
Si fuera por él mismo, ya hubiera citado a Kazutora y le hubiese volado los dientes, sin embargo, el enfrentamiento era mañana y se suponía que Hye estaría ahí. No podía dejarse dominar por sus pensamientos tan rápido si quería que ella estuviera bien. Ahora no solo se trataba de traer a Baji de regreso a la ToMan, sino de traer de regreso también a Hye.
«ricitos problemática» pensó. Siempre se metía en dónde no debía y ahora por su culpa, ella estaba en las manos del Valhalla. Al menos, hubieron dos cosas sobre eso que lo dejaron un tanto tranquilo: a) Ella sabía defenderse, quizás no como una profesional como él o a su altura, pero estaba seguro de que ella no se dejaría joder tan fácil. Y b) Baji estaba allá. Conocía a su amigo, y sabía que Baji se encargaría de cuidarla de cualquier peligro porque el pelinegro mismo sabía que esa chiquita de rizos era importante para Mikey. No importaba de que bando estaba, Mikey aún confiaba en esa parte de él. Esa pequeña pero valiosa parte.
Cabizbajo, se le fue imposible recordar ese momento con Hye en el parque.
Sus rostros estaban tan cerca que el rubio podía sentir la reparación de ella, lo cual no le molestó. El tacto en ella fue algo que no quiso dejar de sentir a pesar de que fue él quien la sujetó. Antes se había acercado a ella de esa forma, pero esa noche, se sintió diferente y totalmente desconocido para él.
Pero, por alguna razón, no le molestó esa nueva sensación.
O quizás si sabía la razón, pero tenía cierto temor en ese aspecto. Mikey podía enfrentarse a mil hombres a la vez sin miedo, golpear a tantos abusivos que se le pusieran un frente y ocasionar un caos solo por un berrinche. ¿Pero sus sentimientos? No, ni loco. Jamás había sentido algo que no fuese una atracción amistosa y el hecho de sentir cosas diferentes hacia Hye lo tenía con la cabeza en otro lado.
