(EDITANDO)
𝗜𝗡𝗠𝗔𝗥𝗖𝗘𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 | Sin saber cómo, Haganaki Hyeon regresa a sus días de juventud en el año 2005 junto con su hermano Takemichi, con el propósito de salvar a la novia de este de un futuro bastante trágico donde la Tokyo Manji se ve...
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capítulo veinticinco; ¿EN DONDE ESTA HYE?
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CUANDO TAKEMICHI REGRESÓ AL PASADO, ESTABA frente a la casa de Hinata, al parecer habían salido juntos y en ese momento estaba dejándola en su casa.
Nada extraño.
Después de que la chica le regalara un collar como él le había dado días semanas atrás, decidió escribirle a su hermana sobre su llegada diciendo su código secreto mientras caminaba rumbo a casa.
Podía simplemente decirle que era él, pero tanto ella como Takemichi eran muy dramáticos como para hacerlo.
Esperó una respuesta, la cuál no llegó. Terminó guardando su teléfono y concentrarse en el camino hasta llegar a casa.
-¡Ya llegué! -exclamó Hanagaki, quitándose los zapatos en la entrada,- ¿Hye?
Miró el cielo anaranjado mientras caminaba a la habitación de su hermana, de seguro tenía sus audífonos puestos o estaba dormida, pero se sorprendió al no verla por ningún lado.
-¡Hyeon! -gritó al llegar a la sala, pero no tuvo respuesta.
Una vez más, tomó su celular pero no para dejarle un mensaje, sino para llamarla. Traía información valiosa y quería saber la opinión de su querida hermana, más frunció el ceño cuando escuchó un tono de llamada en la habitación de la chica. Al entrar por completo, notó el teléfono vibrar sobre la mesita.
Su teléfono estaba, pero ella no.
-Quizás solo fue a la tienda de conveniencia. -pensó en voz alta al recordar que a su hermana le gustaba ir a allá y comerse esas asquerosas sopas instantáneas que ese lugar daba.
Así que no se dio mala vida, encendió el televisor y se quedó viendo caricaturas en la sala por un buen rato, intentado distraerse. Miraba el reloj de vez en cuando, los minutos pasar hasta convertirse en horas y el cielo completamente oscuro.
Se sintió inquieto, no era normal que su hermana desapareciera así sin más.
Pensó que quizás se había peleado con su yo del pasado, ya que él solía ser más problemático y contestón a esa edad, y tal vez por eso ella había decidido irse por un poco de aire.
Pero ya habían pasado más de cinco horas desde que estaba ahí.
«¿Y si fue al parque a hacer ejercicio?» pensó, yendo rápidamente a la entrada y ponerse los zapatos.
Buscó por todos lados. Desde la salida del vecindario, hasta más allá de la zona peatonal. Buscó en el parque, por la fuente, en los sitios de encuentros, en las maquinitas para hacer ejercicio. Buscó hasta por debajo de las rocas, y no la encontró.
