05 - 💄¿Qué hace él aquí?💄

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Londres. La ciudad era hermosa aunque llovía mucho y refrescaba. Afortunadamente había comprado más ropa de invierno que de verano. Los diseños de los edificios eran impecables, típicos de la ciudad. Tenía un orden muy estético.

—Venimos por negocios —mencionó Sabine—, no como turistas. No pierdas tu tiempo, niña.

—Lo siento —dije, mientras nos conducían por el camino de la casa en donde nos quedaríamos.

Cuando llegamos, unos hombres nos recibieron y mostraron el lugar. Quedé maravillada. La entrada de la casa se parecía a una que había visto solo en películas de los sesenta. Ya hasta pude imaginarme a la refinada Marilyn Monroe haciendo un musical en las escaleras.

—Nuestra propia casa —pensé en voz alta.

—Ni te ilusiones, niña —cortó la jefa—. Es de la agencia. Y es temporalmente.

—Hasta que termine la producción —recordé.

—Esperemos que acaben rápido —dijo Sabine.

Solté un suspiro para liberar algo de nerviosismo.

—No tengas miedo, niña —dijo Sabine. Me miró de reojo—. Tienes un gran futuro por delante, así que no creas que esto es un simple reto. El mundo está a punto de descubrir un diamante en bruto. Ten eso en mente.

Asentí sin decir nada. Tenía razón.

«¿Tan grande será el proyecto?», pensé al ver todo lo que nos daban para hacer la publicidad de la nueva línea de perfumes. Vitore no reparaba en gastos, pues veían futuro a su producto. Creían que iba a ser un "¡¡BUM!!" en la industria.

Nos instalamos al medio día. El grupo de camarógrafos y el departamento de diseño se quedaron en las habitaciones del primer piso, mientras a nosotras nos dejaron el segundo piso completo. Sabine, por ser la jefa, tuvo la habitación más grande, así que nos quedamos con las pequeñas con vista al hermoso lago Carshalton Ponds.

El museo Honeywood se veía espléndida en la costa, al otro lado de la mansión, cruzando las cristalinas aguas del lago donde varias personas andaban en la orilla mientras los patos graznaban por migajas de pan.

«Hermosa vista», pensé.

Nunca vi tan feliz a Sophie. En toda su carrera, como asesora de imagen, visitar otro país era todo un sueño cumplido. Ella estaba ansiosa por el proyecto. Teníamos toda esa tarde libre por ser domingo, así que podíamos descansar o salir a ver la casa por fuera ya que tenía un parral de uvas. Detrás era hermoso ya que descendía hasta una de las orillas del lago.

Nos vestimos según la ocasión para salir a conocer todo. Teníamos unos abrigos de lana color blanco con rayas negras en los brazos, los mismos estaban puestas en las habitaciones colgadas por las perchas, y probablemente pertenecían a otras modelos que llegaron a hospedarse ahí. No hacía tanto frío, pero sí lloviznaba, así que, con una sombrilla de color azul oscuro, nos adentramos en el sendero de uvas hasta llegar a la orilla del lago donde estaba una pequeña cabaña de paja.

Suponía que por el lago era mucho más frío ese lugar. Sophie estaba muy contenta con la vista que tenía hacia la casa donde estábamos hospedadas. Parecía que aquella cabaña estaba deshabitada. En general lucía bien y, por dentro, estaba amueblado con un par de sillas de madera, una mesa de las pequeñas y unas estanterías al costado de las ventanas.

Salí fuera para ver lo que hacía mi asesora de imagen. Curiosamente, estaba dibujando en la arena arcillosa. Me acerqué. Eran varios corazones. Recordé que no tenía pareja, ya que la habían dejado tantas veces que perdió la fe en el amor; cosa que yo aún tenía de milagro.

Me senté cerca de Sophie para empezar a dibujar unas cuantas sombrillas de playa.

—Todavía no me lo creo —me dijo.

—¿Qué cosa, Sophie?

—Parece un sueño: un ascenso, trabajo con marcas prestigiosas, viajamos a Londres.

—Es solo el inicio —respondí romántica.

—Hay una tienda de segunda mano cerca de aquí —mencionó ella sin despegar la vista del suelo—. ¿Crees que Sabine no va a enojarse si vamos?

—Ya se hace tarde y tenemos que volver —dije mientras ella se ponía de pie—. Mañana será un largo día y podremos ir.

Regresamos de nuevo a la mansión, subiendo por un sendero de flores. Había unas más hermosas que otras.

Al llegar todos estaban a punto de cenar.

—¿Tanto tiempo nos fuimos? —dijo Sophie.

—Al parecer —le respondí.

Era la primera vez que veía a Sabine con un atuendo simple. Era realmente otra persona; más sencilla y se le notaba más la edad sin todo ese maquillaje.

—Siéntense chicas —dijo Sabine, acomodándose en la silla a la cabeza de la hermosa mesa.

—Ya tenía hambre —recordó Sophie.

Cuando nos acomodamos ya habían servido unos pequeños platos. Creo que eran comidas tradicionales de ahí, ya que la jefa amaba todo lo que era británico. Yo hubiera preferido sushi, pero era mejor no quejarse. A todos en el equipo les pareció una gran cena. Luego se retiraron dando las gracias por la comida. Cada grupo tenía su respectiva habitación.

Al día siguiente habían llegado un par de personas que representaban a la marca de perfumes. Sabine tuvo una larga reunión con ellos por la mañana hasta que al fin llegó el medio día y el equipo de producción se metió a la mansión. Rápidamente prepararon un set con varias luces y equipo de monitoreo. Los camarógrafos comenzaron a calibrar sus cámaras y posicionarse en distintos puntos del set.

Sophie, como mi asesora de imagen y mejor amiga, se acercó nerviosa a darme unos últimos retoques con el vestido y el maquillaje.

—Es todo tan estresante —se quejó ella.

—Lo sé —respondí susurrando—, parece que vamos a filmar una película con todo esto.

—Sophie —llamó la jefa—, ya deja a Jeanette en paz y que se meta ya al set.

Ella obedeció y yo me dirigí al lugar donde apuntaban todas las cámaras. Sería el centro de atención esa tarde. Solo estaría yo y el perfume; ese pequeño frasco que pronto todos iban a comprar por verme en los comerciales y vallas publicitarias.

Vitore impulsaría mi fama.

Sin embargo, en mi lugar había un hombre. Él era trigueño, de ojos cafés, cabello marrón oscuro, de prominentes hombros y una encantadora mirada. Era el muy conocido modelo británico que retwitteó mis fotos.

 Era el muy conocido modelo británico que retwitteó mis fotos

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El Modelo Británico (Romance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora