El Modelo Británico (Romance)

10 - 💄¿Con tanta gente viendo?💄

El lugar al que nos trajo Chris era hermoso, parecía un palacio. Estaba lleno de gente sofisticada y luces y gente de renombre. Los eventos que se organizaban tanto aquí como en mi país. Lo que más miedo me daba era lo que había pasado el evento pasado: el escándalo del balcón. Esperaba conseguir otro contrato, pero sin estar ebria.

—Estilistas de renombre —dijo Sophie maravillada mientras caminábamos por el salón—, representantes de marca, directores de agencias.

—No me sorprendería ver a la reina —dije tratando de hacer un chiste.

—Aquí es donde pertenezco —dijo Sophie.

—Debo dejarlas —dijo Chris—. Mi representante quiere que hable con un director de cine.

—Espero te den el papel, James Bond —le dije.

Él se fue hacia unas personas que estaban reunidas alrededor de una mesa.

Faltaban solo 6 semanas para el lanzamiento de nuestro nuevo producto y las expectativas eran altas para la agencia. Todas las fichas de Sabine estaban sobre la mesa por mí. Sentía la presión de cargar la imagen de Model Magnum sobre mis hombros. No podía ni imaginar lo que estaba sintiendo Chris, quien era de allí y tenía todas las miradas encima.

Encontramos a Sabine charlando con un hombre cerca de la pasarela. Llamaba la atención con su traje a la moda y su sonrisa característica.

—Sabine —dije—. ¿Cómo me veo?

—Como siempre digo, me alegra tener a Sophie en el equipo. Hizo un buen trabajo contigo.

—No le quites el mérito a su belleza —dijo Sophie, tratando de que no me sintiera ofendida.

—Chicas —dijo Sabine, con una copa en la mano—, olvidé mencionar que deben redactar un discurso como campaña al beneficio del ambiente. Obviamente para que la gente sepa que el perfume es amigable con la naturaleza.

—¿Ya somos vendedores ahora? —le pregunté.

—Aquí las intenciones importan el doble —dijo—. No podemos aparecer de la nada y ser imágenes de una marca reconocida sin objetivos.

—¿Es para el discurso de hoy? —pregunté.

—Sí, pero es más sencillo de lo que parece —dijo la jefa—. Solo pregúntenle a Chris. Él está acostumbrado a este tipo de campañas ambientalistas. Seguro que les ayuda con el discurso.

Enseguida, el presentador dio inicio al evento y más personas comenzaron a llegar. Estaba a punto de ser la hora de las presentaciones de las propuestas. Por ello fui a buscar a Chris rápidamente. Hablamos unos minutos del discurso y escribimos unas líneas promocionales. No fue nada sencillo como había dicho Sabine.

—Damos comienzo a las propuestas de marca —dijo el presentador sobre la pasarela que estaban usando como escenario esa noche.

Era hora de hacer las propuestas sobre los próximos lanzamientos que iban a darse a lo largo de ese año. Estábamos en segundo lugar, luego de las gemelas, lo que me daba ventaja de mirar cómo lo hacían y mejorarlo.

Comenzaron las gemelas presentando su nueva línea de humectantes de piel para el uso nocturno. La que consistía en que, una vez terminada la crema del envase original, el mismo se podía cambiar en una tienda por uno nuevo y hasta con descuento ya que los mismos son reutilizados. En resumen, eran retornables.

¿Cómo se supone que competiremos con eso?

Las gemelas eran unas famosas hermanas, modelos de marca. Eran la imagen de una compañía farmacéutica dedicada al cuidado de la piel.

—Están radiantes —dijo Sophie.

—No halagues a la competencia —dije yo.

—Tú también te vez sexi —dijo Chris.

Me ruboricé ligeramente.

—Hay que centrarnos en el discurso —dije.

Las gemelas bajaron y el presentador nos llamó, nombrando obviamente a la marca Vitore. Primero subí yo y luego me siguió Chris, quien fue recibido con ovaciones y aplausos. La gente lo adoraba. Su presencia opacaba la mía, pero ya no sentía los celos de antes. Era mi amigo y tenerlo a mi lado me daba un poco más de seguridad.

Cris comenzó el discurso acerca de nuestro próximo lanzamiento, que sería en unas semanas. Su voz denotaba seguridad y profesionalismo, además de conocimiento por el producto del que hablaba. ¿Yo debía estar a la par de él? Mis piernas no temblaban, pero la ansiedad me hacía cosquillas en los talones, amenazándome con hacerme perder el equilibrio. Debía estar a su nivel.

Luego, me pasó el micrófono.