19 - 💄¿Fui muy cruel?💄

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Chris no dijo nada cuando se fue. Su cara con los cachetes inflados y nariz roja decían suficiente: estaba enfurecido. Había vuelto por mí para ofrecerme una oportunidad, pero eligió el momento incorrecto y la manera incorrecta.

Una hora después, amaneció. Yo estaba aturdida y cansada de dramas, así que decidí no hablar con nadie por un rato. Necesitaba estar un momento charlando conmigo como cuando en mi infancia me ocultaba de mis padres en la azotea de la casa. Me coloqué los audífonos y lo conecté a mi teléfono para luego buscar un buen álbum de música.

Puse el álbum Pesuñas del Gato de The Ponnycats. Eran mi grupo favorito desde mi adolescencia, aunque los escuchaba a escondidas. Pasó un rato largo en el que estuve mucho más tranquila. La música era el alimento del alma.

Me llegó un mensaje y mi teléfono sonó.

Revisé con la loca idea de que iba a ser Chris, pero era mi hermana Luisa en un grupo de whatsapp que teníamos con Fredd y Sophie. Se llamaba Alcohólicos Sinónimos. Me sentí aliviada ya que necesitaba hablarles de nuevo.

Luisa: ¿Es verdad que vendrán hoy?

Fredd: Pregunta eso para poder echar a su amiguita nueva antes de que llegues.

Yo: ¿Amiguita? J

Luisa: No le hagas caso, hermanitaaaa.

Fredd: ajajajaja.

Sophie: ey, cuenten el chisme completo.

Luisa: No hay chisme. Nada nuevo.

Fredd: te cuento cuando llegues.

Luisa: nooo.

Yo: los extrañé.

Fredd: <3<3<3

Sophie y yo volvimos al frente y esperamos al chofer que iba a llevarnos hasta el aeropuerto. Subimos al coche del uber y me quedé callada casi por todo el camino. Pensé en Chris y en que quizá lo había tratado muy mal. Aquella no era forma de afrontar el tema. Aun así, lo bloqueé por todas partes.

—¿Fue cruel lo que le dije?

Sophie me miró confundida.

—No quiero negar eso —dijo—. Me alegro de no haberme ido, sino me hubiera perdido ese drama. Necesito que me enseñes a terminar relaciones.

—¿Quieres terminar con Jaime?

—No, no, no. Nadie en específico.

—Tu relación con él parece ir bien —dije—. Son muy lindos juntos, hasta parecen conocerse desde hace tiempo.

—Jaime es..., es como lo que faltaba a mi vida ajetreada. —Se acomodó en su asiento—. Es un beso en la frente, no sé si me entiendes. Cuando nos vemos me trata como si fuera de la realeza o algo así.

—Me alegro mucho —suspiré.

—Supongo que, después de tantos fracasos amorosos, al fin pude tomar una buena decisión.

—¿Te estás culpando por tus anteriores relaciones?

Ella miró la ventana hacia la ruta. Miró los edificios con una sonrisa que parecía de melancolía y satisfacción al mismo tiempo. Casi nunca hablaba de sus relaciones con una sonrisa. Esta vez en serio estaba despreocupada y cómoda.

—Una no decide qué le gusta y qué no. —Volvió a mirarme—. Puede que te guste beber vino un montón a pesar de que te haga hacer locuras, pero al final eres tú la que decide si seguir bebiendo o no.

—¿ Es una analogía o una indirecta? —dije.

—Tienes un problema con el vino —dijo riendo.

La agarré de la mano y me aferré.

—¿Crees que es inmaduro bloquearlo? —pregunté.

—No, Jean —dijo rápido.

—Está bien hacerlo —musité, insegura.

—Yo lo hago siempre.

—No quiero que me escriba, es todo.

—Bloquearlo no te hace cobarde, Jean —añadió ella—. Es la mejor opción si buscas estabilidad emocional. Es un acto de verdadero amor propio.

Asentí. Sophie comenzaba a sonar como Sabine.

—¿No te escribió pidiendo disculpas o algo?

—No, no —dije negando con la cabeza al mismo tiempo—. Él es tan terco como yo, eso no va a pasar.

—Se lo pierde —dijo.

Yo le sonreí.

El trayecto de ida al aeropuerto fue de dos horas. Cuando llegamos, pagué al chofer y nos dejó en frente. Jaime y los demás de producción nos estaban esperando con un montón de maletas. El vuelo a casa iba a ser en unos minutos.

—Volvemos —susurré.

Por un segundo miré hacia la ciudad de nuevo con la esperanza errada de que viniera por mí a rogarme que no me fuera, como en una tonta película de romance. Pero no pasó.

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El Modelo Británico (Romance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora