¿Destinados? (Pintor Nocturno)

Capítulo 20 (Final)

Baek Nakyum

—Baek Nakyum— Min hace acto de presencia a mitad de pasillo y se adelanta cerrando mi casillero (un favor que claramente no le he pedido).

Le muestro la mejor de mis sonrisas falsas y miro el reloj para hacerle saber que me esta haciendo perder tiempo—. Hay un rumor ¿Es cierto que podrías ser convocado por el equipo nacional de atletismo? Sería increíble estar en París en 2024— me muerdo la parte interna del labio y aprieto los puños alrededor de los tirantes de mi mochila. No tengo una maldita idea de cómo consigue enterarse de cosas importantes, pero lo hace.

—No hay nada confirmado— cortó con indiferencia. Él me toma por los hombros y me acorrala contra la pared—. ¿Pensaste que no reconocería tu voz en esa cosa de "Realidad Beta"? — hace comillas con sus dedos y al fin descubro la verdadera intención de sus comentarios. Más chantaje, no tengo duda.

—Increíble. Sabes que fui yo ¿Qué necesitas Min? ¿Qué comience a darle forma a tu tesis?

—No exactamente— finge una pose pensativa y aparenta ser mi mejor amigo cuando se cruza en nuestro camino el subdirector.

—Nakyum. Vendrán los de la comisión del deporte. También el entrenador del equipo nacional. Prepárate, te esperamos en el auditorio en 3 horas— mierda. Maldigo mentalmente lo inoportuno de este encuentro y le digo al subdirector que no se preocupe por mí.

—Me pregunto si les harán algún tipo de prueba para saber que no hay Betas infiltrados en tan importante evento.

—Que te jodan Min— le doy un empujón y avanzo en mi recorrido. Estoy harto de él.

—Acertaste con lo de la tesis. Te encargaras de ella— me detengo nuevamente y pongo los ojos en blanco para ahogar mi frustración. A duras penas, me doy la vuelta y le regreso mi mirada. Min se acerca y vuelve a hacer esa cosa rara con sus manos llevándome hasta el rincón que se forma entre la esquina de una pared—. También quiero tener sexo contigo.

—¿Qué? — no entiendo. Es un asqueroso pervertido. Es un maldito, un imbécil que no merece en lo absoluto la posición que tiene.

—Te quiero en mi cama ¿Qué parte no se entiende?

—Oh vaya. ¿Así que de eso se trató siempre? — menciono con sarcasmo y dejo salir una riza forzada. Quiero demostrarle que puedo ser imbécil como él, pero en el fondo me muero de miedo. ¿Qué rayos es todo esto? —. ¿Así que recurriste al cliché más antiguo de la historia? Todo este tiempo me has amado en secreto. Es increíble. Por eso me molestabas.

—¿Quién dijo algo de amor? Es simple curiosidad. Quisiera saber que se siente romperle el trasero a un Beta engreído como tú. No me gustaría quedarme atrás con las cosas que ha probado alguien como Yoon Seungho— es asqueroso.

Nunca nadie en estos meses me ha creído cuando les digo que nunca tuve sexo con Seungho. Al menos no hasta el final, ya saben. Nunca hubo nada de penetración, hubo insinuaciones y toqueteo, pero tal parece que el mundo tiene una extraña obsesión con imaginarnos en la cama como dos animales en celo que son incapaces de obedecer a su razonamiento.

—Nunca me acostaría contigo— lo encaró y le escupo en la cara.

Todo se precipita. Me toma del cuello y hace que me sienta sofocado.

—¿Te sientes lleno de confianza? ¿No crees que en serio puedo ir y confesar todo sobre tu gran secreto? ¡¿Eh?! Se vuelve más difícil respirar, hay sudor en mi frente y por más que hago fuerza para quitármelo de encima, me resulta poco probable que vaya a conseguirlo.

—¿Qué demonios estás haciendo? — Es InHun. Ahora más que nunca agradezco infinitamente haber quedado con él a esta hora para hablar cosas de lo que estamos haciendo juntos.