Secreto#39_Envidia

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Yohan











Aprieto mis dientes por segunda vez antes de salir a hablar con ella en persona, no tengo la más remota idea de que hace aquí pero mis sentidos se agudizaron solamente por mencionar el nombre de Emma. Sinceramente pensé que el tema ya había sido superado pero al parecer su insistencia por lo mismo termina siendo bastante agotador a este punto.

—Debería quedarme en tu habitación para que charlen a solas.— veo como Emma abraza un pequeño cojín pensativa, sé que no le agrada la visita que está detrás de la puerta principal. Además siendo ella el tema principal de su encuentro.

Niego rotundamente, tomo su mano para acariciarla con dulzura y plantar un beso en ella antes de que seamos interrumpidos otra vez por el timbre.

—No te voy a esconder, es nuestro momento. Cualquier cosa hablaré con ella. No temas, estás conmigo. —digo antes de abrir la puerta y encontrarme con la causante de mis problemas.

Su cuerpo se tiensa de pies a cabeza por varios segundos mientras que mi rostro no hay alguna expresión alguna. Puedo observar de reojo como Emma se encuentra detrás mío sentada en el sofá. Inevitablemente cruza miradas con ella antes de voltear en otra dirección.

—¿Algo que necesites?— le comento con ademanes. Soy precavido y observo los papeles que trae en su mano. Sus ojos van directo hacia mi acompañante de nuevo parpadeando lentamente.

Una sonrisa socarrona  aparece de  repente antes de captar mi mirada de nuevo incomprendido de  sus movimientos.

—Entonces, ella está aquí... ¿Eh?— se cruza de brazos de forma indiferente, aprieto mi quijada por meterse en mis asuntos.

—Es mi novia, sería extraño no verla por aquí seguido.— elevo una pequeña mirada para verificar el estado de Emma, quien en modo de distracción empieza a sobar el cojín buscando ayuda por el incómodo momento. —¿Que necesitas Hanna? ¿A qué llega tu visita?

Sus manos tiemblan por varios segundos antes de darme un sobre pequeño. Mi ceño se frunció de inmediato.

—¿Que es esto?— tomo entre las manos el papel antes de voltearlo varias veces confundido.

—Una orden de retención.— una voz a sus espaldas hace que está se voltee dandole espacio  y se me hiela la sangre en señal de alerta  encarando a mi tío junto a tres policías. Mi respiración se vuelve anormal.

—¿De qué se trata todo esto tío?— la ira inunda mi cuerpo.—¿De qué están hablando?— su particularidad y frialdad hace que cierre mi mandíbula en busca de  paciencia. Mis ojos viajan hacia Hanna quien se encuentra a un lado agachando la cabeza.—Entonces, ¿Esto era lo que querías?¡¿No?!—bravo con la ira desencadenandose por mis venas.

—Hablaremos contigo en la comisaría.— toma mi hombro antes de apartarme de la puerta en dirección hacia Emma. Vuelvo a meterme en su camino evitando que irrumpen en mi apartamento.—No te metas en más problemas Yohan._ me advierte y yo no me inmuto.

Volteo con temor hacia Emma quien asustada retrocede y se encoje en el sofá.

—Te juro por Dios que si la tocan solo una vez, te las verás conmigo y todo el peso de la  ley.— una sonrisa brillante aparece en sus labios.—¿Orden de retención? ¡Ella no ha hecho nada malo!

—Ya te lo dije, te explicaré  todo en la comisaría-...— su característico andar relajado hace que me  enoje más, ¿Acaso es un juego para él?.

—Habla ahora, no soy el mismo idiota que controlabas hace años.— mi puño de cierra en señal de alerta al ver cómo uno de los policías da un paso acercándose a Emma. —!Alejense de ella!— escupo perdiendo los estribos, veo como estos ni se inmutan ante mi desesperación.— Dime qué está pasando aquí! ¿Porque quieren llevársela?! No hay hecho nada malo!

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