Amaranto - Inmortalidad

C074 - Anuncio

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❝El amor debe expresarse con prontitud.❞

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Esa noche, muchas personas, con las puertas y ventanas bien cerradas, se escondieron en sus casas, temblando de miedo.

A la una de la madrugada, un residente abrió su cortina. Había dado vueltas en la cama toda la noche, sin poder dormir. Al principio quería ver la vista nocturna del exterior, pero vieron cómo un peatón de la calle era sorprendido y arrojado al suelo por un temible monstruo que le atacó por la espalda, mordiéndolo ferozmente.

El residente se asustó tanto que lo soltó al instante, cerrando las cortinas con un solo movimiento.

Sospechó que había visto mal, o que había visto accidentalmente una escena de asesinato; aquel monstruo parecía tener forma humana...

El residente levantó entonces sigilosamente una esquina de la cortina. Esta vez, lo vio con claridad. Se trataba, efectivamente, de un monstruo de cara cenicienta, dientes afilados y figura torcida.

El monstruo no se comió a la persona, sino que se alejó tras morderla hasta dejarla inconsciente. La persona herida permaneció inconsciente en el suelo durante mucho tiempo. El residente estaba muerto de miedo, dudando si llamar o no a la policía.

Medio minuto después, la víctima fue descubierta por un transeúnte desprevenido. Cuando el transeúnte se acercó apresuradamente para comprobar su estado, el hombre que se había desmayado abrió de repente los ojos y mordió con saña la oreja del transeúnte.

―¡Ah! ―El transeúnte gritó asustado. Era un grito extremadamente agudo en medio de la noche.

......

Un minuto después, el transeúnte también se levantó lentamente del suelo.

Dos monstruos recién nacidos vagaban por las calles.

El residente que había presenciado todo desde el piso de arriba se tapó la boca, conteniendo los gritos.

Rápidamente cerró las puertas y ventanas, y luego se escondió bajo sus mantas, temblando.

Esto tenía que ser una pesadilla...

Da, da⎯⎯

Los pasos sonaron en el pasillo, acercándose.

Knock, knock⎯⎯

El sonido de los golpes provenía de la sala de estar.

El corazón del residente estaba a punto de salirse del pecho. Acababa de presenciar una escena tan extraña, y ahora alguien llamaba a su puerta en mitad de la noche. No deberían haber venido a su puerta, ¿verdad?

¡No abriría la puerta ni aunque lo mataran!

―Lao Zhao... ―La voz fuera de la puerta era familiar y muy ansiosa, ―¡Abre la puerta!

Era su vecino.

Lao Zhao respiró aliviado, poniéndose apresuradamente las zapatillas: ―¡Bien, ya voy!

No pensó demasiado en por qué su vecino lo buscaba en medio de la noche, ni escuchó el dolor en la voz de su vecino, como si estuviera reteniendo algo.

Afuera, el vecino tenía un rostro lleno de ansiedad, mirando con temor hacia su propia puerta, con miedo en sus ojos.

Hace dos días, su mujer había tenido fiebre por la lluvia. Esta noche, estaba acostada en la cama y descansando. ¡Quién iba a pensar que, al abrir los ojos en mitad de la noche, su mujer se convertiría de repente en un monstruo, que incluso abrió la boca ensangrentada y quiso morderlo!