Amaranto - Inmortalidad

C092 - Muerte

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❝Entonces renazcamos juntos.❞

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―Ai, me duele mucho. Papá, ¿no puedes ser un poco más suave? Soy tu único hijo. ―Li Heran se tumbó boca abajo en la cama, quejándose en voz alta.

―¿Todavía tienes la cara de gritar? ¡Incluso sentí que te golpeaba con demasiada ligereza! ―La cara del Ministro de Gobierno Li estaba llena de frustración ante la ineptitud de su hijo. ―Tu hermana mayor está en el palacio, cargando con el honor de nuestra familia Li. ¡Nosotros, padre e hijo, naturalmente tenemos que ser su apoyo! Lo estás haciendo muy bien, sin querer estudiar adecuadamente ni ganar honores académicos, en lugar de vagar por los burdeles y beber con las mujeres todo el día; ¡¿qué será lo próximo?! 

Li Heran dijo tercamente: ―¿Y qué si no tengo ninguna ambición? Mi hermana no necesita que la apoyemos en absoluto. ¿Acaso el cuñado no la mima mucho? 

―¡Imprudente! ¿El cuñado es algo que se puede decir? ¡Llámalo Su Majestad! ―El Ministro de Gobierno Li lo fulminó con la mirada: ―Creo que tu cerebro se confundió con los polvos cosméticos. ¿Quién no sabe que la más favorecida dentro del harem imperial es la Consorte Imperial Chen? Me temo que A-Tang... no lo tendrá fácil estos días.

―¡Imposible! ―Li Heran dijo sin dudarlo: ―¿Cómo podría mi cuñado gustar de otra persona? Sólo tiene a mi hermana en su corazón.

―Papá, no lo sabes. ―Li Heran dijo: ―Al cuñado ya le empezó a gustar mi hermana incluso cuando era un príncipe. No se atrevía a buscar a mi hermana; cada vez que me buscaba en el colegio imperial me preguntaba por lo que le gustaba a mi hermana y me preguntaba cómo le había ido a mi hermana últimamente... ¿Cómo podría gustarle esa Consorte Imperial Chen o lo que sea? 

Estas eran cosas que el Ministro de Gobierno Li no sabía, así que se quedó atónito. ―¿De verdad? 

―¡Por supuesto! ―Juró Li Heran.

Li Shangshu estaba dudando cuando un sirviente se apresuró repentinamente desde el exterior y le susurró: ―Maestro, malas noticias. Su Majestad quiere despedir al harem imperial por la señorita consorte imperial; la señorita de nuestra familia también está entre ellas... 

La expresión del Ministro de Gobierno Li cambió, y no se preocupó por Li Heran, saliendo inmediatamente.

Tenía que ponerse el traje de la corte y entrar en el palacio para ver a Su Majestad.

Li Heran se quedó boquiabierto; ¿para qué se iba papá con tanta prisa?

Tenía un temperamento inquieto. Aunque acababa de recibir una paliza, seguía animado, incluso con ganas de salir corriendo a pelearse con esos gángsters.

Quién iba a decir que justo después de salir, se enteraría de los chismes en la calle.

―¿Te has enterado? Su Majestad quiere despedir al harem imperial por la señorita consorte imperial. Esto sí que es un enamoramiento.

―¿Ah? ¿Pero a Su Majestad no le gustaba antes la señorita concubina imperial? 

―La primera es una nueva experiencia, la segunda es el verdadero amor, supongo. 

―¿Qué deberían hacer esas concubinas que fueron despedidas del harem? ¿Prometer caminar por un camino de soledad, o casarse con alguien más? 

―¿Casarse con alguien más? ¿Quién querría a alguien que ya ha estado casada con alguien? ―Dijo un aprendiz pueblerino con la boca sobresaliente y las mejillas como las de un simio mientras sonreía descaradamente. ―Aunque, no me importa tomar una como esposa, y no sé cómo se siente la Concubina Imperial Li. Todavía no me he acostado con damas de palacio.