51 - ᏰᏬᏕፈᏗᎷᏋ ᏋᏁ ᎮᏒᎥᎷᏗᏉᏋᏒᏗ

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A pesar de lo que Jeff le había dicho, el corazón de Musoke había sido incapaz de abandonar al hombre alto, sin importar cuanto dijera que verlo así no le afectaba, la realidad era otra. Masky lo sabía y aunque hubiera preferido que se fueran cuanto antes, accedió a esperar por Musoke.

Era la oportunidad perfecta después de todo, Slenderman estaba inconsiente, no los detendría y no se enteraría de lo que sucedería; él y Musoke debieron haberse ido, sin embargo, su amiga había querido esperar...¿Y qué era él sin ella? No podía dejarla.

Espero y espero.

Hasta que su partida se retraso al día en el que finalmente ya no hubo sangre en las vendas y la herida de Slenderman comenzo a sanar, cuando él ya tan solo parecía dormido y no afectado por la imensidad de algo que parecía mucho peor que él.

Despues de eso, Masky creyó que perderían la oportunidad. Creyó que solo sería cuestión de unos días para que despertará, pero cuando pasó una semana y él aún no había despertado, Masky comenzo a preocuparse.

Slenderman era inmortal, inamovible como una montaña e impenetrable como el metal, Tim no terminaba de creerse que algo dentro de aquel lugar, había lastimado de tal forma al ente.

Pero al menos seguía "dormido" y eso era suficiente, en especial para que ahora si pudiesen irse.

Esa noche, el enmascarado llegó a la habitación que la joven compartía con el hombre delgado y llamó a la puerta un par de veces sin respuesta. Estaba listo para irse, tenía las cosas preparadas y Jeff estaba esperando en el salón para despedirlos.

Pero Musoke no salía de la habitación. 

Así que simplemente decidió entrar.

— ¿Musoke? — Le llamó, asomandosé dentro de la habitación con cautela.

En la cama descansaba Slenderman, respirando con lentitud e irregularidad.

Mientras que del otro lado, frente a la ventana, se encontraba Musoke,  mirando preocupada hacía el infinito campo cubierto de agua, vestida con la ahora limpia ropa que había usado cuando salió de prisión. La joven ni siquiera vió a su amigo entrar, demasiado distraída en sus pensamientos como para notarlo.

Hasta que finalmente estuvo a su lado.

— Es hora — Anunció Masky sujetandole el brazo.

— Lo sé...— Murmuró en calma, bajando la mirada hasta su amigo con cierta preocupación, como si tuviera miedo de la forma en la que él fuese a mirarla.

— ¿Qué sucede? — El castaño discretamente recorrió su piel hasta llegar a su mano y aún sin tomarla intento darle consuelo.

La albina frunció la mirada con molestia, pensando en lo que quería decirle a su amigo, pero sus palabras se veían siempre atoradas por un nudo en su garganta que no le permitía responder.

Solo preguntar.

— ¿Tienes miedo de mi? — Cuestionó en un susurro.

Masky alejó su mano de ella.

— ¿Qué? No, eso es ridículo Muso — Contestó molesto, mirándole incredulo — ¿Por qué te tendría-?

— Por lo que paso en el bosque — replicó sin dejarle terminar — Por lo que le hice a Erick, por todo.

Quiso decirle que no le tenía miedo, que él había hecho cosas peores y que no le temía a nada, pero eso era mentira. Porque cuando recordó lo del bosque, inconsientemente se alejo y eso fue suficiente para que ella lo entendiera, volviendo a mirar en la lejanía, consumiendosé por la realización. 

𝕌𝕤𝕥𝕖𝕕𝕖𝕤 𝕝𝕠𝕤 𝕞𝕖𝕟𝕥𝕚𝕣𝕠𝕤𝕠𝕤 { Slenderman }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora