Musoke se encontraba en un estado de estrés constante desde que apareció la versión trastornada de un adolescente en su vida. Cuándo vió por primera vez al niño, aparentemente de nombre Jeffrey, ella no estaba segura de que pensar. Era tan diferente a los otros niños con los que había lidiado antes, después de todo, a ella le encantaba ayudar en el área de pediatría, todos los niños y adolescentes siempre eran amables y era un encanto para ella el atenderlos. Esos adolescentes le contaban hasta por los codos de sus intereses normales, eran intrepidos y fingian saberlo todo, eso era común, sin embargo, Jeff por otra parte era duro, siempre enojado.
Los primeros días habían sido una tortura en ese aspecto, Jeff se iba muy temprano con los proxies y regresaba cubierto de sangre, lodo y cualquier tipo de suciedad. No le dirigía ni la más mínima palabra a Musoke y solo se metía en la habitación hasta que Kate o Masky volvían y se lo llevaban de nuevo.
La albina ni siquiera estaba segura de cómo comportarse con él...y cuando apareció Slenderman, no dudo en intentar preguntarle directamente por las circunstancias.
— ¡Slenderman! — sonrió ella corriendo a recibirlo.
— Hola querida — le saludó él formalmente, dirigiendose a la planta de arriba sin decir nada, Musoke solo lo siguió de cerca — ¿Jeffrey está aquí?
— ¿Uh? No, aún no regresa — exclamó ella sacudiéndose el vestido — De hecho quería hablar contigo sobre él
— Debe ser el destino entonces, porque quiero pedirte un favor — dijo el ente, acercándose a la puerta del estudio.
— Claro, lo que necesites — respondió ella rápidamente.
— Necesito que te ganes la confianza de Jeffrey y lo convenzas de unirse a mí como un proxy.
— Pides algo imposible — remarcó apoyando su mano sobre su mentón — No quiere ni siquiera dirigirme la palabra, probablemente Masky haría un mejor trabajo en eso.
— No, a ellos no les conviene que Jeffrey se vuelva un proxy, así que debo recurrir a tí querida, eres la única en esta casa con algo de diligencia y sin un papel que tomar — sus largas manos se posaron en las mejillas de la chica, dejándola estresada — Quiero que actúes y sirvas como una madre para él...aun es joven y nuevo en este mundo, necesitó que te ganes su afecto y lo guíes por el camino correcto.
— ¿Una madre?...— Es verdad que ella quería hijos, pero eso había sido antes, con Jhon, no de esta forma — No puedo ser una madre, yo no puedo criarlo ¿Y qué hará si se entera de que lo hago porque tu me lo pediste? ¡Lo destrozaría!
— Musoke, cariño, ya esta destrozado, un rasguño más no hará nada — aquella voz aterciopelada le hizo temer un instante, odiaba eso.
— No creó que pueda hacerlo...
— Se útil y haz lo que se te pide, Jeffrey es un asesino, no sientas remordimientos por lo que le pase, se lo merece.
Musoke abrió los ojos muy grandes al escuchar la declaración y se mordió la lengua para evitar hablar.
— ¿Entendido?
— Sí, Slenderman.
— Bien y no te encariñes demasiado, siempre recuerda que los proxies son reemplazables.
Y con eso, Slenderman desapareció tras la puerta del estudio.
Musoke se preguntó cuánto sobreviviría el niño sin atención médica, si ella podría tolerar el verlo morir.
Ser una madre.
¿Qué debería hacer?
¿Debería intentar hablar con él y preguntar sobre su día como lo haría una madre?
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𝕌𝕤𝕥𝕖𝕕𝕖𝕤 𝕝𝕠𝕤 𝕞𝕖𝕟𝕥𝕚𝕣𝕠𝕤𝕠𝕤 { Slenderman }
Mistero / ThrillerMusoke significa arcoíris, pero ella carecía de todo color. Ella era una novia vestida de rojo, que capto la atención de un monstruo que la necesitaba para entender un extraño palpitar en su pecho. Tu quizás no la conozcas, la llaman la madre de s...