27 - 𝑹𝒆𝒄𝒉𝒂𝒛𝒐

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(esté capitulo contiene algunos elementos sexuales explicitos y presenta conductas que no deben ser imitadas por nadie, ni tomarse como ejemplos de algo romántico, si alguien llega a hacerles algo similar repórtenlo inmediatamente a las autoridades o pidan ayuda a un adulto de confianza, leer con precaución si se es sensible al tema del abuso sexual, REPITO, ESTÉ COMPORTAMIENTO ES DAÑINO Y ENFERMIZO, así como la relación de Slenderman y Musoke, que aunque tenga ciertos momentos que pueden parecer románticos, está no es una novela de romance y ellos no son un ejemplo a seguir en la vida real )

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Se levantó con el cuerpo pesado, aún sintiendo el agarré del corset en su cintura. Estiró sus brazos y logro finalmente levantarse de la cama torpemente, observando como la brillante luz de la luna le ilumina el camino hacía la puerta.

El rechinido del metal oxidado le hizo poner una mueca de incomodidad, preocupada por haber despertado a alguien con el ruido.

La madera crujía suavemente bajo sus pies y se dió cuenta de que la casa ya estaba completamente a oscuras, pero que sin embargo, ella podía ver perfectamente bien entre la penumbra.

Sonrió algo incrédula ante aquello y por primera vez se sintió en confianza de caminar entré las sombras.

Sus pies descalzos recorrieron las escaleras hasta llegar abajo, moviéndose sigilosamente para entrar en la habitación donde estaban sus hijos y Erick.
Los tres niños dormían casi apilados, mientras que el mayor se encontraba bajo ellos sin molestia alguna, aquella imágen le hizo reír por lo bajo y abandonó la habitación para dirigirse a la estancia, ahí sobre un colchón viejo se encontraban dormidos Natalie y Helen, quienes parecían temblar de frío al no tener algo que los cubriera.

Musoke se quitó el sueter que llevaba puesto y lo dejo caer suavemente por sobre los hombros de los menores, esperando que aquello los resguardará del intenso frío otoñal.

Suspiró al verles y se alejó de ellos mientras acariciaba sus brazos buscando calor. Pero en realidad no sentía frío...

Masky y Kate se habían ido y supuso inmediatamente que Slenderman los había mandado en una misión y se preguntaba si es que alguna vez ellos dormían, solo había visto la cara de Masky en dos ocasiones y nunca había visto el rostro de Kate.

Por un momento sintió algo de calma y sin pensarlo mucho salió fuera de la casa para quedarse parada en el pórtico.
Levantó la mirada hacía el cielo y se mantuvo observando la brillante luna, aún ahogándose en su miseria y la de su mente que la castigaba y le hacía lamentarse por huir como una cobarde.

Su rostro reflejaba la preocupación acumulada que sentía sobre sus hombros e intentó no pensar en todo lo que pasaría.

- Discúlpame Jhon - Murmuró con tristeza, había vuelto a abadonarlo sin explicación.

Mientras intentaba no llorar de nuevo, aquél familiar escalofrío le recorrió la espalda y giró su vista hacía atrás para encontrarse con Slenderman saliendo de la casa, aún internamente se preguntaba como es que el lograba irse y regresar sin dejar rastros del que alguna vez paso por ahí.

- Lamentó que no pudieras despedirte - Comentó intentando consolarla.

- Sé que no lo lamentas, tu odias a Jhon - Respondió fría, abrazándose a si misma con inseguridad.

- Tienes razón, no es de mi particular agrado, pero ahora entiendo que es difícil despedirse de la gente con la que tienes una amistad.

- Tu no puedes entender eso...no tienes alma.

El guardó silencio y mantuvo su postura hacía el frente, sin levantar la cabeza ni bajarla, solo quiero como un árbol a su lado.

- ¿Qué puedo hacer para probar que te equivocas?

𝕌𝕤𝕥𝕖𝕕𝕖𝕤 𝕝𝕠𝕤 𝕞𝕖𝕟𝕥𝕚𝕣𝕠𝕤𝕠𝕤 { Slenderman }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora