diecisiete.

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«Katsuki»
 

-¿Seguro que tienes todo listo?

-Sí sí, todo, lo juro.

-En donde me falles una puta cosa, o vea un solo extra allí te juro que no te levantas mañana, ¿quedó claro?

-Clarísimo.

-Bien, te llamo después.

-Sí, ah... sí, adiós.

Con eso solo le cuelgo la llamada. Miro la hora, aún queda una hora más para llegar al campus.

Reviso si Deku respondió mi mensaje. Aparece que le llegó ya pero no lo ha visto ni contestado.

¿Y ahora qué estará haciendo ese omega..?

Pero bueno, sus cosas debe tener. Tarea, bañarse, dormir, yo que sé.

Ojalá no tuviera qué, claro, me gustaría que pudiese hablar conmigo cada segundo del día, pero yo también soy ya lo suficientemente castrocito.

Me recuesto en mi asiento hasta la mierda de incómodo del autobús, cierro los ojos y espero poder dormir esta ultima hora que me falta para verlo en vez de estar sufriendo aquí como loco por volver ya con mi omega.



* * *


-Hey, Katsuki, ya llegamos.

-¿Mh?

-Llegamos, viejo, hay que bajar del bus.

Frunzo el ceño, girándome para la ventana, viendo que, en efecto, llegamos ya.

Me apresuro a tomar mis cosas, agradeciendo al cielo que todos los culos bajaron ya para poder apresurarme a..,

¿Deku?

Miro por la ventana, él viéndome ya, alzando su mano, saludándome emocionado.

Todos los putos culos molestos comienzan a hacer bulla tan pronto cachan a quien todos saben que es mi omega, haciéndome sacar una puta risa molesta, rodándoles los ojos y yendo de prisa a bajar del bus.

-Hey, tú, baja la mía -le digo a un cabro, señalando que se ocupe de mi maleta. No tengo tiempo para eso, no mientras mi omega está allí, saludándome, esperando por mí.

Y la verdad no sé qué me impresiona más, si el que Deku me haya dado la sorpresa de aparecer aquí y no en mi pieza, o el verlo justo ahora con una de mis chamarras.

Mierda, qué hermoso se ve.

-¡Hey! -espeto, corriendo para con él, él saltando de la jardinera de la que estaba montado tan pronto puede, echándose a mis brazos, abrazándome con un fuerza impresionante.

-Te extrañé tanto... -murmura, apretándome, como si le diese miedo dejarme ir.

-También yo -digo, sin miedo ni pena, porque no creo que haya una sola persona aquí que no sepa ya cuánto lo quiero-. Te extrañé como puto loco.

Él suelta una risita, hundiendo su nariz en mi cuello, oliendo, rosando su nariz allí.

Sin embargo, yo también quiero olerlo, y si no se lo pido él olvida que yo no puedo tener de su aroma también. Justo cuando abro la boca para pedir por ello, me silencio porque, sin abrir la boca, él ya estaba soltándolo.

Y no solo para mí.

Esta vez, su cuello se frota con el mío.

Por primera vez, él está marcándome con su aroma.

Women's World. |BKDK OMEGAVERSE| [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora