CAPITULO 6

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°Demian°

Puedo definir esta como la semana más difícil que he tenido en mucho tiempo y odio admitir que se deba a la señorita Osman.

No importa cuanto lo evite, no importa cuánto quiera convertirme en el villano de su historia, al final ella siempre se convierte en la villana de la mía, se lleva mi sueño y se queda con mis pensamientos, me he esforzado por que el odio que siento reavive lo que se supone tengo que sentir, pero más bien lo que revivió fueron los recuerdos que tanto intente borrar.

Cuando me abrazo aquella noche las sensaciones de su cuerpo contra el mío regresaron como si jamás se hubieran ido, ver su sonrisa melancólica me hizo querer verla sonreír de nuevo, una sonrisa verdadera, mirar sus castaños e inocentes ojos trajo consigo los recuerdos de tantas veces que sus ojos brillaban al verme, lástima que todo haya sido una farsa.

Brooke nunca me amo y yo la amé, pero la lastime así que supongo que estamos a mano, o eso creí hasta que me di cuenta que no puedes lastimar a alguien que no siente nada y ella... Lo que haya sentido por mí, por nosotros, esta muy al aire ahora.

—¿Demian?

Maya es quien me saca de mi ensimismamiento y pensamientos masoquistas al introducirse a mi oficina sin que yo se lo concediera, sabe que odio eso, pero se trata de Maya y eso es motivo suficiente para que lo siga haciendo.

—¿Qué? —Le contesto y regreso mi atención a la computadora—.

—Pues que ya debes irte a descansar. —Dice como si nada y se sienta frente a mí—.

—¿Desde cuando te preocupas por mí?

—Eres un idiota, pero eres mi amigo y porque me he dado cuenta que te vas tarde y regresas temprano.

—Tal vez la razón sea que tengo mucho trabajo.

—O que estás así de inquieto porque Brooke entra a trabajar en tres días.

Levanto la vista de la laptop y la miro con frialdad, pero ella misma lo dijo, soy su amigo, me conoce muy bien la maldita.

Pero de ninguna manera pienso admitirle absolutamente nada, así que mi plan es hacerme el desentendido y ver qué pasa cuando Brooke este aquí.

—Yo mismo la contrate, ella no significa ningún problema.

—O eso creíste y tratas de convencerte de que así es. —Se recarga del todo en la silla, con su distinguida sonrisa socarrona—. Aún sientes algo por ella, ¿Cierto?

Me quedo a nada de carcajearme cuando la puerta es abierta de repente y por esta entra Blake, que al igual que Maya no respetan para nada mi maldita privacidad.

—¿Cómo es que los dos pueden seguir aquí? —Los cuestiono con frustración—.

—Estamos preocupados por ti y no nos iremos hasta que salgas de estas cuatro paredes.

—¿Y con eso me voy a librar de ustedes?

—Al menos hasta llegar al estacionamiento. —Contesta Maya—.

—Y con eso me basta.

No lo dudo ni un poco y me pongo de pie tomando mi saco sin esperar siquiera a mis dos supuestos amigos, pero justo como pensé entran conmigo al elevador comprobando mi teoría de que me pisaban los talones.

Odio cuando se ponen en el plan en que piensan que necesitan cuidarme como si fuera un maldito niño pequeño.

Debo dar gracias que Calum no este aquí, porque definitivamente con los tres sobre mí yo mismo sería capaz de arrojarme por la ventana de mi oficina.

Cuestion de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora