CAPITULO 17

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°Brooklynn°

Braiden continúa dando vueltas y vueltas por la habitación mareándome en el proceso y a nada de volverme loca, pero me mantengo serena para no caer en la locura. Creo que él es quien está a nada de volverse loco y así tenemos más que suficiente.

Aunque si, admito que su silencio que está a nada de explotar en alteración me está volviendo por completo loca.

—¿Puedes decirme algo ya, Brai?

—¿Y tú puedes darme solo un segundo, Brooklynn? —Replica, dejando a la vista la poca paciencia que me tiene en este momento—.

Hago ademán de volver a abrir la boca, pero la cierro al instante en que me hace una seña para guardar silencio y en otro momento le hubiera arrojado una almohada, pero esta vez tiene el derecho a estar molesto y yo debo tener la consideración de cerrar la boca. Por lo que sí, me quedo en la orilla de la cama como una niña regañada.

—Es que no lo entiendo. —Niega con la cabeza y veo la explosión más cerca que nunca—. Dos meses.

—Brai...

—¡Solo han pasado dos meses, Brooklynn! —Explota—.

—Lo sé...

—¡Ni siquiera fuiste capaz de esperar medio año al menos!

—¡En serio lo siento!

—¡No es conmigo con quien debes disculparte!

—¡Eso también lo sé, Braiden!

Me mira y a pesar de estar muy molesto no veo odio en sus ojos, pese a que puede aventar llamas por la cabeza como el mismo Hades no me juzga ni me mira distinto, si me siento como una basura de persona es por mi propia consciencia, ¿Pero cómo no podría?

Paso lo que paso en la oficina de Demian y no ha vuelto a ocurrir a pesar de que cada que lo veo quiero lanzarle mis bragas. El coqueteo no ha parado un segundo, un coqueteo que varía poco en lo descarado, pero que sí cae mucho en lo juguetón, un coqueteo que solo compartimos al estar solos, pero el hecho de solo estar generando una clase de intimidad con quien no debo es motivo suficiente para no querer verme en el espejo. ¿Y qué es lo peor? Que no puedo parar porque estos días me he sentido más en sintonía conmigo misma de lo que jamás llegue a sentirme en estos tres años en Zúrich.

Vaya mierda.

—¿Qué se supone que voy a hacer, Braiden? —Me llevo ambas manos a la cara, frustrada y al poco tiempo mi amigo toma asiento a mi lado—.

—Parar con esto, Brooke. —Dice firme y directo—.

—¿Crees que no lo he intentado?

—Sé que lo has hecho, sé que no eres una mala persona, sé que no quieres lastimar a nadie. —Me pasa un brazo por los hombros y yo me dejo caer sobre su hombro—. Pero entonces debes intentarlo con más fuerza porque esto no puede terminar bien de ninguna manera si sigues así.

—¡Lo intento! —Repito, poniéndome de pie bruscamente—. ¡En serio lo intento, pero...!

—Pero nada resulta porque sigues enamorada de Demian, pero no quieres dañar a Jake.

Su interrupción me corta por completo las ganas de continuar. Ya lo dije antes, Braiden es como mi consciencia, la consciencia que me dice lo que no quiero admitir, ¿De verdad ese es mi pensamiento realmente?

¿A quién engaño? Claro que lo es, pero soy demasiado cabezota para admitirlo.

—No estoy enamorada de Demian. —Si, cabezota a más no poder—.

Cuestion de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora