¡A esta hora, acostados!
contábamos los segundos hasta las horas que pasarían antes de volver a vernos.
¡A esta hora, acostados!
Deberíamos sentir nuestros cuerpos cálidos,
olvidando los fantasmas pálidos,
anclándonos al blanco hálito del pasado.
Que vuelve, sin embargo,
a sujetarnos.
¡Qué genuino desahucio!
Estar aquí sentados sabiendo que, de la noche, el sueño dulce escapa.
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Palabras Mudas
RandomEntre las páginas desteñidas de este libro yacen solo unos cuantos poemas, cartas sin destinatario, y palabras que han quedado mudas, atrapadas en el eterno susurro del "Hubiera". En un mundo donde la libertad de expresión es un derecho inalienable...