Aquella noche fue quedando grabada como una serie de pequeños recuerdos en la mente de los dos chicos, tan brillantes que les dejaron tener un respiro en lo que vendría a continuación. Se permitieron sonreír y burlarse de lo que sucedió como si la felicidad fuese eterna, o al menos, algo real. Querían disfrutar solo un poco más. Mientras durara.
Esa mañana Win estuvo muy silencioso, tanto que Bright no dudó en mirarlo con sigilo a lo largo del trayecto hasta el hospital. Eran raras las ocasiones donde su novio no emitía ni un sonido, a veces era sin saberlo, y en otras ocultaba algo importante. Su misión ahora era descubrir que sucedía dentro del chico que miraba al frente en el auto frunciendo el ceño cada cierto tiempo, como si tratara de formular una frase que no lograba salir al final de sus gestos.
—¿Voy a esperar mucho para que puedas decírmelo?
Esperaba sonar poco interesado, pero Win no estaba tan perdido como creía, porque giró el rostro articulando un perfecto “no” con los labios.
—Cambiando de tema, debo pasar a mi departamento por algunos papeles, iré a revisión en unos días, para que lo tengas previsto en el camino por la noche.
—Hoy salgo temprano, si gustas paso por ellos y los llevó cuando te recoja.
—No, hoy no sales temprano, tienes una cirugía, Luke te mandó un mensaje antes de salir esta mañana. Deberías revisar bien tus mensajes.
Dándole la razón al menor, en el celular de Bright venía el horario donde se le señalaba una cirugía colaborativa, aunque le parecía extraño que no vinieran ciertos datos, no obstante, lo más relevante estaba ahí, además sabía que Luke no colocaría a ningún médico que no hubiese trabajado con él anteriormente.
Al bajar del auto tomó la mano de su pareja caminando directamente al elevador, para quienes estaban en recepción todavía era algo nuevo ver a Bright con Win, eran como el agua y el aceite, pero quizás por eso mismo terminaron juntos, aunque preferían no pensar siquiera, en el amargado doctor Vachirawit siendo meloso con su pareja, era aterrador.
El rostro de Bright lucía asombrado, mejor dicho, en pánico, de solo haber visto el tablero de cirujas en la pared de la sala de descanso. Su nombre y el de Win registrados para la operación de las cinco de la tarde.
—Hagamos nuestro mejor trabajo doctor Vachirawit.
Sintió el apretón en su hombro, pero fue incapaz de reaccionar, su mente salió de su ser y regresó en un instante, justo cuando Win ya había desaparecido de la sala, así que esto era lo que trataba de no decirle de camino al trabajo. ¿Ahora qué iba a hacer?
No logró comer nada en el almuerzo, su estomago se lo impedía, tenía hambre, pero se encontraba bastante nervioso, lo necesario para tenerlo con la cabeza entre las manos imaginando las miles de posibilidades en la cirugía, era extraño, no se sentía de esa manera hace mucho tiempo. Aun sabiendo que Win era un médico, no conocía sus métodos, no tenía nada que decir de su manera al entrar en quirófano, todo estaría a oscuras, y a pesar de la ansiedad, existía una ligera carga de adrenalina en ese hecho.
Debía admitir que que tenía curiosidad por verlo en bata, si lo imaginaba, por muy poco que fuese, su corazón latía de manera poco sana, sinceramente hubiera sido bonito poder verlo en acción regularmente, pulcro y serio. Con el blanco resaltando su sonrisa.
Por su parte, cuando el reloj marcó media hora para las cinco, Win dejó a sus pequeños pacientes para ir a la sala, sus manos se sentían tan grandes en ese momento, llevaba al menos más de medio año sin entrar a cirugía, y aunque eso le ponía nervioso, no lograba evitar sonreír por la persona con quien compartiría el quirófano.
—Vamos a ver qué tan agresivo eres doctor amargado.
Se mentalizó saliendo con su uniforme en dirección a su encuentro con el equipo que designo Luke anteriormente. Ahora que lo recordaba tendría que invitarle una buena botella de vino al director.
Solo una vez vio a Bright en uniforme de quirófano, la noche que lo golpeo, su yo de esa vez estaría riéndose por la manera en que veía a Vachirawit. Los colores se le subieron a las mejillas, tanto que tuvo que pasar de largo para que pudieran colocarle su uniforme con las debidas medidas.
El ambiente en el quirófano era por demás silencioso, al menos hasta que la anestesióloga reprodujo una lista de música en una de las bocinas de la esquina, Bright abrió en grande los ojos sintiendo que las venas estaban por resaltar en su piel, no le gustaba el ruido, lo detestaba aún más en sus cirugías, pero no tuvo tiempo de reprochar, antes de siquiera abrir los labios, la mujer en la silla levantó la mano pidiéndole silencio a él.
—No rechine los dientes, solo disfrute y haga su trabajo.
No podía ver la boca de Win por el cubrebocas, pero seguramente estaba sonriendo, eso no lo dudaba.
Desde que se enteró de los estudios de Metawin, no pudo dejar de pensar en cómo se desenvolvería dentro de un área de trabajo, pero ahora, toda imaginación se materializaba frente a él, con el uniforme azul de pies a cabeza, tenía a Win, uno serio, con voz severa y manos totalmente fijas en lo que tenía que hacer. La forma en la que sostenía la indumentaria, el cómo la pedía y regresaba, permitía visualizar sus manos ajustadas en los guantes, que progresivamente se impregnaban de sangre.
Su garganta en más de una ocasión se secó por el impacto de las imágenes que se le presentaban, era como un sueño hecho realidad. Mientras él era más agresivo para el más mínimo detalle, Win se mostraba absorto en su deber.
Fue lento, certero, rayando en lo excitante, el calor en el quirófano no vio fin debido a sus miradas cautelosas y furtivas. Al menos hasta que Win suturó al paciente mostrando las palmas al doctor Vachirawit.
—Enfermeras hagan lo propio, ustedes dos para fuera no quiero contaminación en mi quirófano.
La voz de la mujer les hizo caminar al área de deshecho para poder quitarse todo lo que tenían puesto. Parecía que ambos no podían hablar, estaban fascinados por la experiencia, era innegable la química que manejaban a lo largo de sus movimientos. Lejos de lo sexual, estaba la conexión que era palpable.
Win quiso hablar al sacarse el gorro, no obstante, su cuerpo perdió de la nada la estabilidad haciéndolo temblar ligeramente.
—¿Estás bien? Vamos afuera.
El menor asintió parpadeando constantemente, al momento de salir y mirar las paredes inmediatas totalmente blancas. Quizás fue el color en contraste, o posiblemente las emociones recién experimentadas, pero se fue corriendo al baño más cercano a devolver el estomago teniendo a Bright tras suyo.
No dijo nada, se limitó a verlo sostenerse de la taza del baño y jalar la palanca, Win fue al lavabo tratando de limpiarse un poco la boca antes de verse en el espejo. Pudo ver como los ojos de su novio estaban clavados a él.
—No me mires así doctor amargado, solo son vómitos, todo está bien.
—Lo sé, todo está bien. Por cierto, lo hiciste increíble hace un momento, no sabía que eras tan bueno.
Lo tomó de los hombros llevándolo consigo a la sala de descanso para tomar sus cosas e ir al auto, era ya de noche, así que podían irse al fin. Su jornada había llegado a su final.
Era ya regular que cuando Win presentaba un síntoma o malestar se le pasara de largo, como si nunca hubiera sucedido, y más regular era pretender que todo estaba bien. Hoy no era momento de preocuparse, porque Win todavía podía andar de pie y comer lo que le gustaba. Incluso si la silla de ruedas estaba esperando en la sala de estar, no debían desviar su atención a lo que tenían ahora, la mano de la persona que les hacía felices mientras el elevador bajaba al primer nivel del hospital.
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Después de casi dos meses estamos de regreso. Estaba un poco dudosa si escribir este capítulo o no, pero al final siento que está bien darle forma. Quiero escribir más del BrightWin, pero espero poder llevar esta historia y "Encadenados" al menos hasta su recta final para lograr enfocarme de lo contrario solo lograría tener a medias todo.
Nos leemos en la siguiente actualización.
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NUESTRO TIEMPO
Fanfiction¿La vida se salva cuando termina la operación? Bright y Win opinan demasiado diferente. Un médico testaturo y un chico que regala sonrisas. ¿Quién dijo que el amor no puede nacer en las paredes de un hospital?