Lluvia

276 41 12
                                    

Win y Bright ahora, lo que más necesitaban era tiempo, y justamente eso era lo que menos tenían. No obstante intentaban ser felices con los pocos recursos emocionales que tenían a su disposición. Paso a paso, temblando y dudando, pero resistiendo con todo el pesar que pudieran tener en sus hombros durante el camino.

La rutina de Bright se basaba en ver a Win, trabajar cada vez menos y al llegar la media noche, ir a su departamento, darse una ducha y comer algo. Sin embargo, su cuerpo se estaba debilitando por la explotación a la que era sometido constantemente. Tanto así que en más de una ocasión tuvieron que administrarle una intravenosa.

Así que un día, Vachirawit decidió pausar, indefinidamente, su trabajo para dedicarse enteramente a estar al lado de su pareja.

—Dicen que la temporada de lluvia va a durar más tiempo este año. Quizás podamos ver nevar alguno de estos días.

La voz de Bright sonaba tan dulce y suave, mientras pelaba una mandarina sacándole las semillas a los gajos para poder dárselos al menor. Quien sonriente los tomaba y suspiraba al probar su delicioso jugo.

—Está muy jugosa, me gusta cuando están mitad acida y mitad dulce. Hay ocasiones donde sabe a podrido aún cuando es de temporada. Es horrible.

Las expresiones del menor hacían reír a Vachirawit, sobre todo cuando su garganta se veía afectada por el cítrico haciéndole carraspear. Con el clima tan frío era necesario que Metawin usara cosas más cálidas, tanto que se le restringió el salir fuera de su habitación al menos hasta que el clima mejorara.

—¿Es cierto que vino tu hermano? —dejó cada gajo limpio sobre el plato pequeño en el regazo del menor comiendo alguno de vez en cuando.

—Sí, parece que podemos hablar más fluidamente desde que me vio despedirme de los niños.  Me platicó sobre su graduación, casi se le asigna el discurso final, pero eligieron a otro chico después de todo. Va a ser entrando el siguiente año. Estoy seguro que se verá bien con su toga y birrete.

—¿Por eso lloraste? Cuando llegué tenías los ojos muy rojos y Mick fue muy tajante al despedirse. Como si estuviera huyendo.

Metawin negó agitando la mano cerca de su rostro tratando de mitigar las ganas de toser que le provocaba el gajo que había comido recién.

—En parte sí, hablamos de muchas cosas y terminamos demasiado sensibles, pero no te molestes por cómo te despidió. Mick no te trataría mal a propósito.

—Lo sé, no te preocupes. —tomó el plato de su novio acomodándolo en un pequeño espacio que tenía disponible. Miró la hora en su celular notando que se estaba haciendo de noche, con las cortinas cerradas y las luces encendidas era casi imposible notarlo.

—Hay que hacerlo mañana Bright. 

Con sus palabras, el mayor frunció el entrecejo tratando de entender la razón tras lo que le dijo Win, quien solo le miraba sin expresión alguna.

—Quiero salir mañana al patio Bright. De hecho, Mick trajo unas cosas que le pedí por mensaje, también Luke me ayudó a conseguir el permiso de los padres de los niños para salir un rato. ¿Por qué esa cara? No iba a sacarlos sin antes tener el consentimiento, no soy tan irresponsable.

La expresión de Vachirawit se desfiguró cuando lo terminó de escuchar, su labio inferior temblaba haciendo que sus dientes lo presionaran para detenerlo.

Tomó una de sus manos acurrucándose en su palma mirándolo desoladamente.

—¿Cómo le haces?

NUESTRO TIEMPO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora