Martina.
- Martina, levántate o no llegarás a la universidad - me dice mi madre y me revuelvo entre las sábanas.
- Voy - susurro.
Levantarse tan temprano para ir al colegio, instituto o universidad, debería de estar prohibido.
- Martina, vas tarde - dice mi hermana riendo.
- Cállate, Ariel.
Salgo de casa mientras me como el desayuno. Si es que soy un desastre.
- Pensábamos que no llegabas - me dice Tatiana mientras esperamos el autobús.
- Tengo hasta fatiga - susurro recuperando el oxígeno.
- Estás rojisima. - informa Nuria.
- He corrido muchísimo.
El autobús llega y nos montamos, mientras llegamos a la universidad hablamos de reunirnos luego a la tarde para tomar un café.
A tercera hora tenemos una exposición, siempre me ha dado mucha vergüenza salir y ponerme de pie delante de toda la clase, que las miradas de todos mis compañeros estén puestas en mí y hablar con naturalidad.
- Martina, tu turno.
Me levanto temblando. Mi mirada se dirige a mis amigas que me sonríen y me hacen un gesto para que me tranquilice.
Vamos Martina, esto no es nada.
Comienzo con mi presentación y cuando acabo estoy ya mucho más relajada, mis compañeros aplauden con sonrisas y la profesora me da la enhorabuena por el gran trabajo. Por lo que puedo estar bastante satisfecha.
- ¿Entonces esta tarde a la cinco? - pregunta Míriam.
- Sí, yo os recojo chicas - nos dice Tatiana.
- Estupendo.
Llego a casa, me abre mi hermana con una gran sonrisa.
- Martina, tengo que contarte algo.
- ¿Te has portado mal en clase?
- Noooo - niega inmediatamente.
- ¿Entonces, qué pasa?
- A Celio le gusta una chica de clase - comenta riéndose. - Se llama Isabel y se sienta a mi lado.
- ¿Te lo ha contado él?
- No, yo solita me he dado cuenta.
- ¿Tú sola? ¿Cómo ha sido eso?
- Pues es que le he pillado mirándola varias veces y siempre sonreía cuando la miraba.
- Que mono.
- Haré de cupido - añade haciéndome reír. - Pero no te rías que lo digo enserio.
- Lo sé Ariel. - digo y ella sonríe - ¿Y a ti te gusta alguien?
- ¿A mi? Claro que no - niega volviendo a reír.
- Que mentirosa, por el amor de dios.
- Bueno vale, me gusta un chico - confirma sonrojando se. - Pero no se lo digas a nadie. - se cruza de brazos retandome con la mirada.
- No se lo diré a nadie, pero dime más cosas del chico.
- Está bien. El chico se llama Pablo, es rubio de ojos claros, muy guapo y amable. Me dio un caramelo y me dijo toma guapa. - dice y yo me rio.
- ¿Mi hermanita con novio?
- Nooo, tan solo me gusta. Yo a él no.
- Eso no lo sabes, Ariel.
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La Suerte De Mi Vida || Camavinga
FanfictionEduardo Camavinga y Martina Laurent, amigos de toda la vida y mejores amigos. Ningún secreto, entre ellos, ¿o sí? Ellos son como Zipi y Zape, siempre juntos. Algo los va unir ¿para toda la vida? ¿Para un momento? Decepciones, felicidad, mudanza, en...