11: Todo al descubierto

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Martina.

- Martina, levántate o no llegarás a la universidad - me dice mi madre y me revuelvo entre las sábanas.

- Voy - susurro.

Levantarse tan temprano para ir al colegio, instituto o universidad, debería de estar prohibido.

- Martina, vas tarde - dice mi hermana riendo.

- Cállate, Ariel.

Salgo de casa mientras me como el desayuno. Si es que soy un desastre.

- Pensábamos que no llegabas - me dice Tatiana mientras esperamos el autobús.

- Tengo hasta fatiga - susurro recuperando el oxígeno.

- Estás rojisima. - informa Nuria.

- He corrido muchísimo.

El autobús llega y nos montamos, mientras llegamos a la universidad hablamos de reunirnos luego a la tarde para tomar un café.

A tercera hora tenemos una exposición, siempre me ha dado mucha vergüenza salir y ponerme de pie delante de toda la clase, que las miradas de todos mis compañeros estén puestas en mí y hablar con naturalidad.

- Martina, tu turno.

Me levanto temblando. Mi mirada se dirige a mis amigas que me sonríen y me hacen un gesto para que me tranquilice.

Vamos Martina, esto no es nada.

Comienzo con mi presentación y cuando acabo estoy ya mucho más relajada, mis compañeros aplauden con sonrisas y la profesora me da la enhorabuena por el gran trabajo. Por lo que puedo estar bastante satisfecha.

- ¿Entonces esta tarde a la cinco? - pregunta Míriam.

- Sí, yo os recojo chicas - nos dice Tatiana.

- Estupendo.

Llego a casa, me abre mi hermana con una gran sonrisa.

- Martina, tengo que contarte algo.

- ¿Te has portado mal en clase?

- Noooo - niega inmediatamente.

- ¿Entonces, qué pasa?

- A Celio le gusta una chica de clase -  comenta riéndose. - Se llama Isabel y se sienta a mi lado.

- ¿Te lo ha contado él?

- No, yo solita me he dado cuenta.

- ¿Tú sola? ¿Cómo ha sido eso?

- Pues es que le he pillado mirándola varias veces y siempre sonreía cuando la miraba.

- Que mono.

- Haré de cupido - añade haciéndome reír. - Pero no te rías que lo digo enserio.

- Lo sé Ariel. - digo y ella sonríe - ¿Y a ti te gusta alguien?

- ¿A mi? Claro que no - niega volviendo a reír.

- Que mentirosa, por el amor de dios.

- Bueno vale, me gusta un chico - confirma sonrojando se. - Pero no se lo digas a nadie. - se cruza de brazos retandome con la mirada.

- No se lo diré a nadie, pero dime más cosas del chico.

- Está bien. El chico se llama Pablo, es rubio de ojos claros, muy guapo y amable. Me dio un caramelo y me dijo toma guapa. - dice y yo me rio.

- ¿Mi hermanita con novio?

- Nooo, tan solo me gusta. Yo a él no.

- Eso no lo sabes, Ariel.

La Suerte De Mi Vida || Camavinga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora