13: Navidades

751 38 4
                                    

La Navidad es una de mis épocas favoritas del año. Para mí Navidad es ese momento del año que siempre quieres que llegue.
Aunque, ya no tenga a familiares presente, siempre los recordamos y como ellos nos dijeron tenéis que disfrutar por nosotros. Y eso es lo que hacemos, disfrutamos por ellos y por nosotros.

Este año las vacaciones de Navidad las paso con mi familia materna en Jerez, y tengo muchas ganas de llegar ya.

- ¿Lo tenéis todo? - pregunta mi madre cuando ya nos hemos subido al coche.

- Sí - contestamos todos.

- Pues en ese caso, vámonos.

Mi padre arranca y partimos hacia Jerez. El trayecto desde Madrid a Jerez son cinco horas y media más o menos. Mi hermana Ariel es montarse en el coche y quedarse dormida. Mi madre pone la música para que el viaje sea más entretenido.

Hablo con Edu durante más o menos media hora, él pasará las fiestas en Rennes. Aunque estará muy pocos días, porque tiene que volver a los entrenamientos con el equipo.
Por mi parte, me quedo en Jerez hasta el día de reyes, ósea hasta el seis, por lo que podremos ver las carrozas, y ya nos iríamos a Madrid.

- Vamos a hacer una parada en la gasolinera - informa mi padre.

- Tráeme una sorpresa.

Tenemos la costumbre de que cuando hacemos un viaje y paramos en la gasolinera compramos algo para picar en el coche.

Mi padre sale con una bolsa llena de cosas y cuando me la da saco todo lo que hay: patatas pringles, un paquete de chicles de fresas, citratos y un paquete de almendras.

Sabes que estas en Andalucía cuando ves las vallas de los toros. Abro la ventanilla y me asomo un poco.

Estamos entrando en Jerez y se nota, empieza a oler a los vinos y a las bodegas.

- Hemos llegado - avisa mi madre.

Salgo del coche y en la puerta veo a mis abuelos, así que corro hasta llegar a ellos.

- Martina - pronuncia mi abuela abrazandome - Que guapa, hija mía.

- Tú si que estás guapa, los años para ti no pasan.

Me acerco a mi abuelo y me da bastantes besos por las mejillas haciéndome reír.

- Venga entrar que hemos comprado un pollo en ca' la Concha - nos dice mi abuela.

Hemos acabado de comer, y como siempre que como en casa de mis abuelos acabo hasta arriba de comer.

- Vamos a ir a dar un paseo - dice mi abuelo.

Es pasear con ellos por las calles y pararnos cada dos por tres, ya que todo el mundo se pone a hablar con mis abuelos.

Ya por la tarde nos ponemos a prepararnos para la cena de esta noche en la que vendrán todos mis tíos, tías y primos.

- Mira Martina, ¿a qué voy guapa? - pregunta mi hermana enseñándome su outfit.

- Vas guapísima.

Ella sonríe y me da un beso en la mejilla. Ariel, aunque no lo parezca es bastante presumida, le encanta vestirse y mirarse en el espejo.

- Halaaaa - exclama mi hermana al verme. - Si estuviera aquí Edu - hace un gesto exagerado con su mano.

Me he puesto un vestido rosa de brillo, que me compré hace poco y que no lo había estrenado hasta la fecha. Hay veces que me compro cosas pensando en que me las voy a poner y después nunca o casi nunca me las pongo.

Saludo a mis tíos, a mis tías y a mis primos y nos sentamos a comer.

Como no, en una buena mesa no puede faltar el jamón, caña de lomo, queso y marisco. Aunque el marisco no me hace mucha gracia. Al igual que no puede faltar lo que mi abuela siempre prepara por Navidad, pescado al horno y solomillo. Y los típicos dulces, como los pestiños.

- ¿Y bueno, Martina, tienes novio? - pregunta mi tía Ursula.

Mi tía Ursula es la más cotilla de todas, la que siempre está con el oído puesto en todo. A ella le va un buen cotilleo.

- Sí - contesta mi hermana por mi, todos me miran expectantes.

- Pues a ver cuando lo traes - me dice mi abuela.

- Pronto.

- ¿Es el futbolista ese? - pregunta mi primo Tobias con desprecio.

- Sí y tiene nombre. - respondo borde.

Mi primo Tobias y yo podemos decir que no nos llevamos muy bien, siempre hemos sido muy distintos y no nos entendemos. Digamos que a él le gusta ser el centro de atención allí por donde va y cuando no lo es trata a todo el mundo mal.

- Que tonto es - susurra mi hermana en mi oído.

- Demasiado.

Y como no, hijo de Ursula tenía que ser.

Hemos acabado de cenar y mi hermana y yo hemos subido a la habitación donde siempre nos quedamos cuando venimos.

- Vamos a llamar a Edu que quiero hablar con Celio. - me dice mi hermana.

- No sabemos lo que están haciendo, Ariel.

Es acabar la frase y que una llamada suya me llegue.

Estamos un rato hablando, le contamos lo de Ursula y Tobias y el nos cuenta lo que están haciendo por allí.

- Vamos a por los regalos - me pide mi hermana.

Bajamos y nos acercamos al árbol. Mi hermana coge sus regalos y los míos y me lo da.

Mis padres me regalan una entrada para un concierto, mi hermana me ha regalado unos subrayadores y mis abuelos dinero.

- Aquí tienes un regalo más - me dice mi hermana.

- ¿Otro? ¿Pero de quién?

- Miralo lo pone ahí.

Hay una especie de etiqueta, sonrío al ver la letra y el nombre. Evidentemente es de Edu.

Lo abro y es una cámara de fotos. Hace tiempo que quería una pero no sabía cual comprarme.

- Es el mejor - me dice mi hermana y yo asiento.

- Si que lo es, si.

La Suerte De Mi Vida || Camavinga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora