XVI

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Y no puedo volver a eso, a emocionarme cuando veo un mensaje tuyo, a esperar hasta altas horas de la madrugada que me respondas un mensaje que nunca va a ser respondido, a mirar por efímeros momentos cada facción tuya que día tras día me parecen todavía más perfectas, a ver esa sonrisa que tanto me gusta. Y sé que es inevitable mirarte, porque incluso los increíbles dioses griegos eran basura a tu lado, porque, al fin y al cabo, no importa quien vea la belleza, sino como cada uno la interpreta.

Historias para no dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora