XXVI

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Me quise, porque para infravalorarme y despreciable ya habrán muchos, me puse por delante de todo el mundo, y jamás me arrepentiré por ello.
Pues soy más bien loba vieja, gruñóna y solitaria, a loba joven, amable y afable, pues prefiero la cercanía de unos pocos a la muchedumbre, al igual que paciencia de socializar desgasta y acaba con el tiempo. Y jamás negaré que dichas palabras no salieron de mi boca, pues prefiero que se me tache de honesta, a que se me juzgue por lo que no soy.

Historias para no dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora