XXVIII

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Te miro a los ojos y siento eso que llaman amor, y solo son algunos afortunados son quienes consiguen encontrarlo, te miro a los ojos y se me van los miedos la incertidumbre y la duda, te miro a los labios, y es una tentación no besarlos, te veo, y se me acelera el pulso y siento mariposas en el estómago, te escucho, y me suena la más grandiosa melodía, te sueño y despierto feliz.
Es grandiosa tentación no enamorarse de ti, de tu carácter, de tu sencillez y a la vez complejidad, de la forma en la que me miras y me tratas.
Eres mi debilidad personificada, y muchos dirían que el amor es eso, una debilidad, pero lo corrijo, el amor es de valientes, de verdaderos audaces y temerarios, pues concedes la posibilidad de destruirte a la otra persona, pero aún así confías lo suficiente para que no lo haga.

Historias para no dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora