XXIX

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Nunca creí en ángeles ni demonios, y mucho menos en dioses, tampoco en cielos e infiernos. Pues el héroe podía convertirse en villano, si era este quien contaba la historia. Pero al hablar de ti, todo el mundo estaba de acuerdo de que, eras buena por naturaleza, de corazón totalmente puro, y un amor incondicional, a mi, que probablemente no me lo merecía, amor de mi vida, fuiste tan bella, eterna, y a la vez efímera, fuiste la unión de todos mis sentimientos, gracias a ti vivi, gracias a ti le busqué un sentido a mi vida, gracias a ti aprendí a amar.

Historias para no dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora