•𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟔•

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 →𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

—Menuda mierda. Esto no mola —comentó Robin.

—Steve —el corazón de Blair dio un vuelco al ver que su chico entraba en la casa.

—Tranquila, sé lo que hago —esquivaba las enredaderas dando saltos.

—Yo me cago en todo... —murmuró Buckley.

—Tú puedes, venga.

—De poco me sirve eso, socia.

—Venga ya y no te enrolles.

—Que ya voy, joder —las chicas repitieron la acción de Steve. Las enredaderas estaban por todos lados, y subir las escaleras era una tarea complicada.

Cuando llegaron al final de la escalera, Steve las ayudó para que no perdieran el equilibrio.

—Estupendo —estaba en el desván. Harrington le dio la escopeta a Nancy, y la pistola a su novia, esta le pasó la linterna a su mejor amiga para que las guardase. El chico cogió el hacha, y Robin agarró una de las botellas.

—¿Listos para matar a ese cabrón?

—Más que para terminar el instituto —justo al decir eso, hubo un terremoto—. Ya está, me retiro de esta vida —escasos segundos después de hablar, una enredadera enganchó a Robin por el tobillo, y al instante, unas cuantas más hicieron lo mismo para pegarla a la pared—. ¡Mierda, Blair! ¡Steve!

—¡Robin! —comenzó a darle golpes a las enredaderas con la escopeta y Steve con el hacha.

—¡Joder! —las enredaderas atraparon a Steve, y acto seguido a Nancy. Solo quedaba Blair, y de poco iba a servir, ya que también pudieron atraparla. Intentó coger el arma, pero no pudo. Cuando quiso darse cuenta, los tres estaban en la pared con una enredadera alrededor del cuello asfixiándoles.

Por cada segundo que pasaba, apretaban más el agarre, y ni siquiera podían intentar liberarse, porque tenían las manos atadas. En ese momento se vieron muertos, y a Blair eso le estaba cabreando muchísimo. Había ido para ganar, no para perder. Tras estar unos minutos así, cayeron al suelo y tosieron cuando notaron como el oxígeno entraba de nuevo en sus cuerpos.

—No creo en la existencia de un ser superior, ni en la intervención divina. Pero eso ha sido un milagro —comentó Robin. Se levantaron y miraron las escaleras que conducían al desván.

—Pues hay que aprovecharlo —Nancy agarró la escopeta y la cargó.

—Fase cuatro.

Flambé.

Cuando subieron al desván, lo vieron ahí. Levitando, en pleno trance. Era el momento perfecto para atacarle.

—Esta es la nuestra —murmuró Blair.

Robin dejó la mochila en el suelo, y Steve y ella sacaron las botellas. El primero en lanzarla sería el chico, así que Buckley le prendió fuego al trapo. Harrington la miró, e hizo lo mismo con Vecna antes de tirar la botella, consiguiendo así que su objetivo cayese al suelo mientras ardía. Como instantes antes había hecho su amiga, le encendió el trapo, y se lo tiró cuando empezó a acercarse a ellos. Dio un par de pasos hacia atrás en cuanto recibió aquel ataque, algo que le sirvió a Blair para poder adelantarse. Apuntó; primer disparo. De lleno. Nancy apuntó con la escopeta; segundo disparo. Hubieron un tercero y un cuarto. Se quiso acercar a ellos.

—Estás muerto, hijo de la gran puta —último disparo por parte de Blair. En el pecho. Cayó por la ventana, rompiendo las tablas de madera que habían.

Agápē ||Steve Harrington||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora