→𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟒.
—Oh no, me niego.
—¿Pero por qué?
—Munson, no voy a raparme. ¿Sabes lo que me ha costado tener el pelo medianamente decente después de cortarlo por las orejas hace tres años? —dijo la rubia—. Ni de coña.
—Te quedaría bien.
—¡No le apoyes, Harrington! —Tyler se encogió de hombros.
—Oye, ¿qué os ha pasado en las manos? —las chicas se miraron ante la pregunta de Eddie.
—No se nos ocurrió otra cosa mejor, que hacer un pacto de sangre.
—¡Hostia, qué pasada!
—¿Te puedo hacer una pregunta? —dijo Blair apoyando sus codos en la mesa del comedor, ya que estaban en el almuerzo.
—Claro, dispara.
—Va a sonar fatal, pero... ¿Qué haces juntándote con nosotras?
—Me gusta vuestro rollo. Pasáis de la popularidad y sois majas, cosa que no me esperaba por parte de una Harrington a decir verdad —la morena alzó una de sus cejas y miró al chico.
—Gracias por la parte que me toca.
—De nada, para eso estamos.
—¡Tú, capulla! —Ethan se acercó a la mesa y dejó su bandeja—. ¿Has usado mi coche?
—¿Para qué? Si ya tengo el mío.
—¿Y quién me lo ha arañado?
—¿Tu mismo? —dijo obvia—. Eres el único que lo usa porque ni siquiera dejas que papá lo use.
—Qué egoísta, Sallow —comentó Tyler con burla—. ¿Tan borracho ibas la otra noche que ni siquiera recuerdas el golpe que te diste con la puerta del garaje?
—A veces me caes mal, ¿sabes? Pero ¿De verdad he sido yo?
—Entraste a mi habitación llorando porque decías que mamá te iba a matar —respondió Blair riendo.
—Pequeños detalles sin importancia, ¿verdad, Ethan?
—Que por cierto, como vuelvas a conducir estando borracho te juro que te pincho las ruedas del coche, ¿me has entendido?
—Claramente.
—Así me gusta.
—Por cierto, hoy sacas tú al perro.
—Espera, ¿qué? Y una mierda.
—Te toca.
—¡Te toca a ti!
—¿Que dices? No te oigo —el mayor agarró su bandeja y comenzó a alejarse.
—¡Ethan, no me jodas!
—Vaya, ¿Blair Sallow alterada? Eso es nuevo —comentó Steve pasando por delante de la mesa, y ganándose una mala mirada por parte de la chica.
—Vete a la mierda —el moreno se llevó una mano al pecho.
—Me dueles, Blair.
—¿Cuándo os vais a comer la boca? —ambos miraron a Tyler—. ¿Qué?
—Nunca, Ty —respondieron a la vez.
—¿Me estáis diciendo que llevo casi un año aguantando vuestros tonteos para nada?
—No tonteamos —dijo Blair frunciendo su ceño.
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Agápē ||Steve Harrington||
Ngẫu nhiên[Agápē]: De origen griego. La forma más pura del amor. Generoso, incondicional y reflexivo que perdura sin importar las circunstancias.