Agápē ||Steve Harrington||

•𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟕•

 →𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟓.

—Para, para —Blair rió mientras notaba como su chico iba dejando besos por su cuello—. Steve...

—No quiero parar. Eres jodidamente adictiva —Harrington se había convertido en el punto débil de Blair. Ella decía que estaba bajo su poder—. ¿Qué te pasa?

—¿A mi? Nada —el moreno achinó sus ojos al mirar a su novia.

—¿Estás nerviosa?

—¿Yo? ¿Por qué? ¿Por tenerte... Encima haciendo lo que te da la gana conmigo? —ambos estaban en la habitación de él con la puerta cerrada—. No estoy nerviosa.

—Pero te pongo nerviosa.

—Ya quisieras —Steve dejó ver una media sonrisa socarrona y acercó sus labios al oído de Blair. Ese acto tan simple logró que los vellos de la rubia se erizasen por completo.

—Sabes que tu cuerpo dice otra cosa completamente diferente, ¿no?

—¿Y tú qué sabes?

—Cariño... Tu lenguaje corporal es el que me habla —un pequeño gemido salió de la garganta de la muchacha cuando él ejerció un poco de presión en el sitio exacto.

—¿Steve? —los dos se miraron entre ellos, y acto seguido a la puerta.

—Esa no es tu hermana.

—Steve, hijo, abre la puerta.

—No, peor —de nuevo la miró—. Es mi madre.

—¿Qué? —la mujer intentó abrir la puerta, pero ese día Steve había decidido poner el pestillo—. Oh mierda. ¿Por qué no me dijiste que vendrían?

—Porque ni siquiera yo lo sabía —ambos se levantaron de la cama y se arreglaron la ropa—. ¿Tú de verdad te crees que podía saberlo si ni se acuerdan de que tienen dos hijos?

—¿Con quién hablas? —nuevamente, la señora Harrington aporreó la puerta.

—¿Lista?

—No.

—Yo tampoco, pero es lo que hay —el chico quitó el pestillo y la abrió.

—¡Al fin! ¿Por qué...? —su mirada se plantó en la chica que estaba detrás de su hijo—. ¿Quién es ella?

—Blair, ella es mi madre, Katherine. Mamá, ella es mi novia.

—Encantada, señora Harrington —la rubia estiró su mano, y dudosa, Katherine la estrechó.

—¿Desde cuándo tienes novia?

—Pues... Desde hace dos meses más o menos, quizá un poco más —explicó el muchacho. A Katherine, se le sumó su marido.

—¿Ocurre algo?

—Nuestro hijo... Tiene novia —explicó la mujer—. Blair, ¿no? Él es mi marido, Richard.

—Es un placer conocerle.

—Supongo que... Te quedarás a cenar, ¿no?

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—Lo siento, perdón, perdón —Tyler se disculpó con su hermano y su mejor amiga—. No he podido distraerles.

—No te preocupes, no pasa nada —dijo Blair.

—¿Qué tal el primer encuentro?

—Tenso.

—Muy tenso —añadió Steve.