Steve.
Seguía las indicaciones de Eddie para llegar a su casa dónde, espero demasiado, estén los niños.
Si no estaban ahí, mataría a Eddie. No podemos perder tiempo mientras estén en no sé dónde haciendo solo Dios sabe qué.-Em, Steve...-Eddie rompió aquel silencio. Yo le di una mirada rápida, no podía despegar mi vista de la calle. -¿Siempre cargas eso contigo?
Hizo una seña hacia el bate de clavos, yo miré por el retrovisor, me encogí de hombros. -Es por protección. No lo entenderías.
-Claramente no entiendo, por eso pregunto. -Yo rodé los ojos, él pareció notar esto y suspiró profundamente. -Mira, Steve, no somos amigos, pero no tenías que defenderme así. Yo lo tenía bajo control.
-Sí claro, bajo control y casi te parten la cara entre 5 tipos. Por favor. -Comencé a acelerar. Una señal en la calle decía "60 km/h", pero yo rebasé el límite. Aceleré aún más. -¿De aquí hacia dónde?
-Derecha. -El silencio había vuelto. Eddie mordía sus uñas, ¿estará asustado tal vez por la velocidad? Pero ni siquiera es demasiado. -Oye, Steve...
-¿Qué? -Iba centrado en el camino, según las direcciones de Eddie estábamos cerca. Lo miré y él estaba mirando por la ventana, gracias al reflejo del espejo pude verlo. Su cara se notaba desanimada. -Hey, Eddie, ¿estás bien?
-¿Yo? Sí, claro, es solo que, em...-Suspiró fuerte de nuevo. Hizo una pausa y se quedó viendo a un punto fijo. -La velocidad me pone un poco nervioso. Me recuerda cosas.
-Oh. -No supe qué más decir así que volvimos al silencio. Decidí poner música para que el silencio no me volviera más loco de lo que ya estaba. Estaba desesperado, no me lo perdonaría si algo le pasa a aquellos adolescentes que se volvieron mis mejores amigos. -¿Tú qué... qué música escuchas?
A Eddie le brillaron los ojos, al parecer la música le gusta mucho, lo podía notar por su playera de Iron Maiden. -Ya sabes...se nota mi gusto en música. No es por nada, pero tengo muy buen gusto. Y no solo en la música, también tengo un buen gusto en muchas cosas. Tengo varios álbumes favoritos, y artistas también, sobretodo me encanta Black Sabbath, Metallica, Dio, tú sabes, música buena.
Hablaba sin parar, sin detenerse siquiera a respirar un poco. -Pero ya sabes, mucha gente no disfruta esa música, y está bien, los entiendo. Pero no sé por qué les da miedo lo diferente. Están tan acostumbrados a lo "normal" y sencillo, que se olvidan de descubrir cosas nuevas. No es como que yo sea diferente, bueno tal vez un poco, bueno, demasiado. Soy...diferente, y eso no le agrada a los demás.
Tragó saliva. -Soy diferente pero a mí manera y tal vez a los demás no les guste, pero yo estoy bien, voy a estar bien, aunque para los demás solo sea un...
Y ahí estaba, el maldito silencio de nuevo. Eddie se veía bastante nervioso, no dejaba de mover su pierna una y otra vez. Eso me desesperó aún más. -¿Ya casi llegamos? Está anocheciendo.
Él parecía desanimado ante mi respuesta. Quizá esperaba algo más, aunque no sé qué podría esperar. -Sí, aquí sigues derecho y luego das vuelta a la izquierda.
-Bien. -No dije nada más, escuché un ruido en el asiento de atrás, era el walkie-talkie que teníamos. Ese maldito radio siempre da malas señales. -Eddie, ¿puedes pasarme el radio que está en el asiento de atrás?
-Eh, sí, está bien. -Se dió la vuelta y se puso de rodillas en el asiento intentando alcanzar el aparato, yo por inercia voltee y lo miré. Observé desde las puntas de su cabello, bajé por su espalda y aquella chaqueta que traía, mi vista fue a su espalda baja dónde su playera se levantaba un poco, después observé el trasero que adornaba aquellos jeans negros.
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"Dos diferentes tipos de azul" Steddie
ContoEddie es un "freak", rechazado social con pocos amigos que amargamente pasa sus tardes leyendo en un parque, siempre observando a los demás, atrapado en su propia mente y pensamientos que no se atrevería a decir en público, aquel lugar que daba paz...