12.

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NOTA:

Cambié el nombre de Sam, por Daniel. Sentí que encajaba mejor.

Daniel:

-Rubio.
-Ojos verdes.
-Se graduó el año anterior igual que Steve.
-Eddie y él fueron amigos ya que compartían algunas clases. Ambos estuvieron en el mismo salón, pero Steve no lo recuerda.
Recuerden que Eddie repitió año y por eso no se ha graduado aún.
-Esconde varios secretos.
-Daniel no tiene sentimientos por Eddie. Aún.

Dicho esto, disfruten.

Eddie.

Carajo, sentía los nervios de punta. Ya había amanecido y Steve me preparaba el desayuno. ¿Acaso no es el más tierno?

Oh, sí, sobre Daniel...hay algo que debo confesar.
Dan y yo solo fuimos amigos, pero a él también le gustan los chicos. Fué el único que me entendió, me apoyó, pero nunca tuvimos nada. Solo un lindo beso en el Lago Lovers. Es algo que me ayudó a definir mi sexualidad, pero no tuvimos sentimientos el uno por el otro. Ese beso fue lindo.
Pero nada se compara con los labios de Steve.

Sus labios son deliciosos. Tiernos, carnosos, dulces, perfectos. Realmente me estaba enamorando de un chico hetero. Aunque no tan hetero, porque me había pedido que lo besara.
Sé que estarán confundidos, pero debo explicarlo.

Hace tiempo que observo a Steve, incluso fuí a Family Video para empezar una conversación con él, pero al verlo coquetear con las clientas, decidí no entrar. No quería sentirme mal ni hacerme ilusiones. Ahora sí, les explico.

Steve y yo estuvimos en el mismo salón de clases, aunque obviamente él si se graduó. Yo no. Dan y yo seguimos en contacto, él sabe sobre mis sentimientos hacia Steve. Me dijo que me ayudaría y es aquí cuando les introduzco:

Redoble de tambores, por favor...

"El plan".

Ahora, el plan consiste en darle celos a Steve con Daniel, hacernos pasar por enamorados y ver cuál es su reacción. Si no funciona, por lo menos teníamos que intentarlo. Pero si termina funcionando, tendría una oportunidad con Steve.

Sí, suena como un plan muy estúpido y sé que podría salir terriblemente mal.
Pero vamos, ¿qué es lo peor que podría pasar?

—¿Quieres jugo? —Steve me dijo mientras ponía los vasos sobre la mesa. Mis heridas aún dolían, pero no importaba mientras yo estuviera al lado de Steve. Asentí con la cabeza. No habíamos hablado mucho después de lo de anoche, no mencionamos el beso más que una sola vez y ahora lo sentía raro. No quería que se alejara. —Disfruta el desayuno.

—Steve...

—Hay unas servilletas aquí, por si la necesitas.

—Steve.

—También hay más jugo, si necesitas algo, puedes decirme.

—¡Steve! Dios, ¿podemos hablar? —Grité desesperado, definitivamente estaba evitando en tema. Steve me miró y miró su plato de comida. Asintió.

—Claro, ¿de qué quisieras hablar? —Steve tomaba porciones con su tenedor y los llevaba a su boca, masticaba lentamente.

—Del beso de anoche.

"Dos diferentes tipos de azul"  Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora