15.

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Contenido sensible, preparen sus pañuelos porque van a llorar.

Eddie había estado planeando la cita perfecta.
Se esforzaba en el más mínimo detalle, con ayuda de todos. Dustin y Robin estaban ayudando más que nunca, pues querían ver a los tortolitos felices. Desde que tenía sentimientos por Steve, Eddie se había esforzado por ser el mejor novio del mundo. Bueno, aún no era oficial, pero lo sería pronto. Eddie planeaba pedírselo.

Steve por otro lado, estaba nervioso. Nunca había tenido una cita con un chico, pero se sentía bastante emocionado. Quería que todo fuera perfecto. Pero sobretodo, quería disfrutar con Eddie la mayor parte de su tiempo. Se habían vuelto tan cercanos, que ya no podían estar separados nunca. Iban juntos hasta al baño.

Eddie terminaba de preparar todo, era una cena muy linda, cerca del lago. Tenían una mesa, dos sillas, velas, un poco de vino y una carne exquisita que había preparado Eddie. La primera carne que preparó se quemó, pero con ayuda, pudo hacerla perfecta. Estaba oscureciendo, así que debían tener todo listo. Steve estaba de camino al lugar.

—Gracias, chicos, no podría haber hecho esto tan bien sin su ayuda. —Eddie agradecía a los muchachos, quiénes lo veían con ternura.

—No agradezcas, ahora, disfruta. Esta es su noche. —Nancy respondió. Todos se despidieron y comenzaron a alejarse. Eddie sentía bastante adrenalina. Robin se acercó antes de irse.

—Eddie, cuida bien de Steve, y por favor, usen protección. Aunque es imposible que tengan un bebé, no quiero arriesgarme. —Eddie reía antes las palabras de la rubia, Robin se alejó haciendo un ademán con la mano. Eddie imitó su gesto.

Se sentó a esperar a Steve, quién no aparecía.
Comenzaba a oscurecer y a Eddie le había dado hambre, comenzó a oler la carne que había preparado. Si Steve no llegaba, se la comería toda.
Justo cuando estaba a punto de tomar un trozo, Steve estacionó el auto cerca de ahí, se bajó y comenzó a caminar hacia aquel lugar donde estaba su gran amor. Eddie al verlo sonrió ampliamente, su sonrisa brillaba bastante, debido a que la luz de la luna se reflejaba en aquellos dientes blancos. Steve sonrió de igual manera al ver a Eddie.

Eddie se levantó y se dirigió a Steve, le dió un abrazo con mucha fuerza, se dieron un tierno beso para separarse segundos después. Eddie fué rápidamente a dónde estaba la mesa para mover la silla y así Steve se sentara. Steve no lo admitiría, pero eso hizo que se sonrojara. Steve se sentó y Eddie se dirigió a su silla. Tomó asiento.

Sirvieron la carne, tomaron unas copas de vino, a la luz de las velas y la luna, Steve y Eddie charlaban sobre muchas cosas. Reían como locos. Eddie fumaba un cigarro mientras Steve lo miraba y le explicaba por qué Madonna es una gran cantante y debería escucharla, mientras Eddie le rogaba que escuchara a Metallica con él.
Ambos se negaban, pero llegaron al acuerdo de que harían lo que fuera por el otro. Así que escucharían los albums juntos.

—Es una promesa, Munson.

—La cumpliré, cariño. Ahora...necesitamos hablar.

—¿Vas a terminar conmigo?

—¿Qué?

—Eddie, si quieres terminar conmigo, te voy a patear en las bolas por hacerme esta cena tan linda para luego romper conmigo.

—Steve, no.

—Pero siempre que dicen en las relaciones que necesitan hablar, es porque van a terminar.

—¿Cómo vamos a romper si aún no estamos oficialmente en una relación?

—Oh...es verdad.

Eddie tomó las manos de Steve sobre la mesa. Steve lo miró justo en los ojos, cuando sintieron ambos una chispa por dentro. Un click. Que hacía parecer que encajaban perfectamente con el otro. Eddie besó ambas manos de Steve, Steve se sonrojó ante esto, Eddie sonrió y tomó aire. Suspiró lentamente.

"Dos diferentes tipos de azul"  Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora