Eddie.
La cercanía entre ambos era notoria, podía sentir su respiración chocando con la mía, cómo nuestras miradas se fusionaban y mi aliento parecía desvanecer por completo.
Pude ver miedo en los ojos de Steve, ligeramente, miedo a lo desconocido. Él tenía clara su sexualidad, ¿no? No dudaría por mí, éramos amigos. No podía joder eso. Así no.
Steve aclaró su garganta y retrocedió, yo me sentí un completo idiota, siento que lo estaba acosando, tal vez ahora no quiera hablarme ni mucho menos ser mi amigo. ¿Pero qué rayos estoy haciendo?
—Yo creo que lo mejor será que me vaya a dormir, ya es tarde. —Steve rompió el silencio y con él, mi corazón. Juro que podía escuchar pieza por pieza y cómo caían lentamente en un pozo con fondo muy profundo.
—¿Steve? —Me miró con nerviosismo y con miedo. No quería que me mirara con miedo. —Lo lamento, no quería que te sintieras incómodo o intimidado por mí.
—Tú no me intimidas, Munson. —Se cruzó de brazos y se dirigió a la puerta de su habitación, se dió media vuelta, yo lo seguí con la mirada, se giró dándome la espalda. —De hecho, no causas nada en mí.
Cerró la puerta con algo de fuerza, yo me senté en su cama intentando no llorar ante aquellas palabras. ¿Pero a quién engañaba? Él jamás se fijaría en alguien como yo. Nadie lo haría. Estoy seguro de eso.
La lluvia empezó a sonar impactando contra la ventana y el suelo, me levanté para cerrarla, una vez cerrada la ventana, me quité mis zapatos, chaqueta y pantalones, me metí en la cama, cerré los ojos imaginando qué pasaría si besara a Steve, con esa imagen, caí profundamente dormido.
Steve.
Bajé las escaleras con un sentimiento de culpa, no debí usar ese tono. Tampoco iba a mentirme, el chico me hacía sentir sensaciones raras, no tenía en claro qué, o cómo, mucho menos por qué, pero sabía que me sentía culpable de sentir lo que sea que sentía.
Me senté en el sofá pensando en la situación que ocurrió hace un momento, nuestros rostros y cuerpos tan unidos, su mano en mi mejilla, el abrazo que me dió momentos antes que transmitía tanta paz. Y ahí venía el sentimiento de culpa una vez más.
No tenía la culpa de herir sus sentimientos, si es que en verdad sentía algo por mí, ni tampoco tenía la culpa de no corresponderle. Porque no lo hago, ¿verdad? Claro que no.
Yo soy 100% heterosexual, eso lo tengo claro.
Sí, soy heterosexual.Me recosté en el sofá y cerré mis ojos con fuerza. Odio las tormentas, un trueno interrumpió mi paz. Seguía con los ojos cerrados. Imaginé cómo sería si todo fuera diferente. ¿Realmente me fijaría en Eddie? Si realmente lo conociera, si pudiera corresponderle.
Todo esto era de manera heterosexual, nada más era simple curiosidad. Sin más caí dormido, estaba bastante cansado.
3:00 AM.
Un trueno despertó mi sueño, o más bien, mi pesadilla.
"Ahí estaba yo, en el hospital, estaba completamente solo. Me crucé con una enfermera en el pasillo de recepción, me sonrió, pero su sonrisa era espeluznante. Terrorífica. Yo asustado salí corriendo de ahí. Las luces del pasillo en dónde me encontraba, comenzaron a parpadear, yo seguía corriendo. Todo esto parecía una película de terror.
Sabía que estaba en un sueño, pero no podía despertar. Seguí corriendo hasta que llegué a la habitación de mi padre, abrí la puerta lentamente sin hacer ruido, mi padre estaba en la cama recostado, con una sábana blanca cubriendo su cabeza, con miedo la retiré de un jalón. La imagen espeluznante que ví me dejó paralizado y con un revoltijo en el estómago.
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"Dos diferentes tipos de azul" Steddie
Cerita PendekEddie es un "freak", rechazado social con pocos amigos que amargamente pasa sus tardes leyendo en un parque, siempre observando a los demás, atrapado en su propia mente y pensamientos que no se atrevería a decir en público, aquel lugar que daba paz...