Todo el camino había estado mirando a través de la ventana, jamás se percató de lo bella que era Seúl. La luna llena hacia qué la noche se volviera 10 veces más especial de lo que ya era para Jimin.Su mirada empezó a divagar por todos lados en cuanto sintió que el chofer paraba el auto y es ahí cuando se dio cuenta de que el contrario lo había traído a un lugar lujoso. Por el tiempo que estuvieron dentro del vehículo pudo notar que estaba algo alejado de la mansión.
Al abrir la puerta el castaño tomó su mano y lo encaminó a la entrada del restaurante, se sintió un poco fuera de lugar al ver cómo los demás comensales vestían ropas formales.
— Mesa para dos por favor — habló el jefe.
— ¿Le gustaría adquirir una mesa privada? — preguntó la mesera claramente deslumbrada por la belleza del más alto.
— Claro.
La señorita los llevo a donde sería su mesa, una pequeña habitación cerrada con paredes rojas y grandes manteles blancos.
Después de pedir cada quien sus respectivos platillos, el rubio habló por primera vez desde que habían llegado.— ¿Habías venido antes? — cuestionó expectante.
— No, había visto una reseña — mencionó el castaño.
Tras pasar todo el camino hasta ahí juntos, Taehyung pudo darse cuenta que la compañía del otro no le resultaba molesta.
— ¿Cómo conociste a Jungkook? — Preguntó de pronto el jefe.
Era una pregunta que había estado mucho por su mente desde que el rubio llegó a la mansión.
Jimin dudo un poco pero al final habló.
— Es una situación un tanto vergonzosa en realidad — titubeó — nos conocimos por medio de una aplicación de citas.
Taehyung casi escupe su vino.
— No pensaba conocerlo jamás, en realidad solo era para no sentirme solo — volvió a hablar el rubio muy avergonzado — al final nos dimos cuenta que los dos buscábamos eso, sólo compañía.
Jimin no supo que decir después de explicarle la vergonzosa situación, mucho menos cuando Tae solo se quedó callado.
— Supongo que al final es lo que todos necesitamos— habló al fin el castaño.
El más bajo asintió. Posteriormente les trajeron sus platillos, los cuales disfrutaron ansiosos.
— ¿Por qué decidiste dedicarte a esto? — preguntó el rubio casi con la boca llena.
— Una historia bastante complicada— continuó— en realidad yo quería ser pintor.
— ¿Cómo Da Vinci? — cuestionó el rubio sorprendido.
— Si — el castaño apoyó sus codos sobre la mesa y descansó su cabeza sobre su mano — mi padre era sicario, siempre quiso que siguiera sus pasos.
— Todo niño siempre sueña con ser el orgullo de su padre — volvió a hablar el más alto — supongo por eso es que ahora estoy aquí.
Jimin hizo una mueca, tal vez había sido una pregunta un tanto personal.
— Aún puedes pintar.
— Con la sangre de mis víctimas tal vez — el castaño vociferó una carcajada que reflejaba tristeza.
Por otro lado Seokjin se encontraba dentro del casino, sentado a unas cuantas mesas del señor Kim. Su plan no se basaba en acercarse a él ni mucho menos, solo querían ver con quien de zona roja se reuniría.
De pronto un mesero se acercó hasta el mayor.
— Señor, un whiskey de parte del señor Kim — le entregó el trago y señaló al mencionado.
Seokjin volteó extrañado a la par que sus miradas se encontraban. Se limitó a levantar el trago y tomar un sorbo.
Cuando menos esperó, el contrario se acercó hasta su mesa y estiró su mano para estrecharla con la suya. Seokjin correspondió al estrecho e inmediatamente sintió como lo
atraía hasta el. Su oído a escasos centímetros de la boca contraria.Y por fin habló.
— Dile a tu jefe que deje de lado sus jueguitos sucios — su voz era más ronca de lo que Seokjin imaginaba — Si le toca un puto pelo te juro que le arranco la cabeza con mis propios dientes para que sufra como el hijo de puta que es.
El contrario se alejó para posteriormente salir del lugar, dejando a un Seokjin aturdido.
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PECCATORI || Vmin
FanfictionLa identidad de Vante es una incógnita para la policía de Seúl, el jefe criminal más sigiloso en la última década, nacido en Italia y con descendencia Coreana regresa a su país con el propósito de abarcar las zonas más adineradas de Seúl y poner en...