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Con lágrimas cayendo por su mejilla y su cuerpo temblando finalmente explotó.

— Y-yo... yo no tenia a nadie, no tenia a donde ir, mi vida ahí era prácticamente una mierda. — Jimin alzó su mirada encontrándose con el rostro del contrario — Por eso tuve que recurrir a Jungkook, yo sabía que el era tu amigo.

El castaño lo miraba atónito, incapaz de gesticular alguna palabra.

— Si tú hubieras sabido que mi papá pertenecía a la mafia, jamás me hubieras dejado quedarme, y y-yo... — El rubio rompió en un llanto aún más fuerte.— Y-yo no quería v-volver Tae.

El jefe no pudo soportar el ver al más bajo de esa manera y se dirigió hasta llegar a el, envolviéndolo en sus brazos y apretándolo fuertemente.
Jimin rápidamente correspondió el abrazo pues finalmente le había dicho toda la verdad al chico que le robaba los más profundos suspiros y eso le quitaba un gran peso de encima.

— Me dolió tanto el hecho de que me hayas mentido porque me gustas Jimin. — El más bajo abrió sus ojos en grande tras escucharlo — No porque quería que te fueras, es lo ultimo que quiero en realidad.

Las mejillas del contrario se tiñeron de un rosa tenue.

— Es por esto que haré todo lo posible porque no te encuentre y te aparte de nuestro lado. — sus ojos se encontraron teniendo una conexión única e inexplicable.

Jimin jamás había sentido algo tan cálido y seguro como lo hacía cuando estaba con Taehyung.

— Tienes que descansar. — soltó el más alto para después tomar con una de sus manos el rostro del rubio y acariciarlo.

— Está bien — musitó.

Tras su respuesta afirmativa, Tae decidió dirigirse a la salida para que el más bajo pudiera descansar. Sin embargo antes de que pudiera tomar la manija de la puerta, la voz de Jimin lo detuvo.

— Taehyung.

— Dime — lo miro expectante.

— Taehyung — Jimin lo llamó una vez más, está vez con una leve sonrisa saliendo de sus labios. — Tu también me gustas.

El castaño no espero más y comenzó a caminar hacia el, atrapando con sus manos sus regordetas mejillas para posteriormente posar sus labios sobre los de él en un suave y dulce beso.

— Quédate conmigo— susurró el rubio.

— Siempre.

Si, definitivamente Jimin era su debilidad.

PECCATORI || Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora