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11:58 pm
A las afueras del paradise casino Walkerhill

Habían transcurrido 10 minutos desde que habían llegado al lugar, las luces tenues inundaban el lugar creando una atmósfera sentimental. Vante pasó su mano sobre su boca con nerviosismo y se adentró en el gran edificio, su mirada prepotente recorriendo la multitud en busca de su objetivo.

En medio del bullicio de las máquinas, Seokjin le indicó el camino hacia la mesa que habían reservado previamente. Al llegar, se encontraron con un hombre mayor.

— ¿A qué se debe la compañía de esta noche? — soltó aquel hombre a la par que jugueteaba con las fichas, una sonrisa irónica se formó en sus labios.

Taehyung enarcó una de sus cejas

— Creo que sabe perfectamente a qué se debe mi presencia — soltó con obviedad.

El hombre mayor conectó su mirada con la del castaño al mismo tiempo que tomaba su vaso y bebía de él, relamió sus labios y soltó:

— Lo mejor será que te vayas antes de que sea demasiado tarde.

El aliento amargo del contrario invadió sus fosas nasales y por primera vez en la noche, la confusión se apoderó de él.

¿Qué mierda trataba de decir?

— ¿De verdad pensabas que el jefe te iba a esperar aquí sentado? — agregó el hombre — Te crees astuto muchacho, pero no sabes nada.

No lo entendía, su pecho picó de un enojo nunca antes experimentado.

¿Qué estaba pasando?

— Dinos dónde está — soltó Seokjin acercando su rostro al del contrario para que esté lo escuchara.

El mayor se levantó de su asiento, ignorando por completo a Seokjin.

— ¿Por qué? — preguntó con ironía— ¿Lo irás a buscar?.

— Claro que sí, ¿Por qué más?

Una risa cargada de sonra abandonó sus labios.

— No recuerdo muy bien dónde está — agregó — escuché que mencionó algo de una cabaña en el bosque un tanto alejada de la civilización.

Taehyung sintió su garganta secarse.

La descripción dada por el hombre se asemejaba bastante a la cabaña donde los chicos y Jimin se encontraban.

Jimin...

Sus latidos se desestabilizaron y su respiración se volvió lenta y pesada, podía sentir su corazón retumbando en su garganta, y antes de poder hacer algo, aquel anciano ya se había marchado.

Mierda

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Jimin despertó de golpe, abriendo sus ojos en grande y con la respiración entrecortada como si despertara de una terrible pesadilla, sin embargo los recuerdos de la noche anterior lo golpearon como si de un balde de agua fría se tratase.
Y entonces se dio cuenta que no había sido ninguna pesadilla, su mayor miedo se había vuelto realidad.

Un poco aturdido paseo su mirada por la habitación en la que se encontraba, reconociéndola al instante. De nuevo estaba encerrado dentro de las cuatro paredes que por tanto tiempo lo habían atormentado.

Quería llorar, quería gritar y desaparecer, pero sabía que todo sería en vano.

— ¡Jimin!

Observo como entraba su nana por la puerta, con una sonrisa de alegría corrió hasta él y lo abrazó.

— Nana tienes que ayudarme a salir de aquí — dijo con dificultad.

— Lo siento, tengo órdenes de tu papá — soltó la mujer — no tienes permiso de salir, ni usar la televisión y mucho menos tener tu celular.

Jimin nuevamente estaba aislado del mundo

PECCATORI || Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora