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Seokjin los condujo hasta la casa de campo que habían comprado en caso de emergencias cómo esta. Todo el trayecto había estado silencioso y muy apenas se podían percibir los tenues sollozos que emitía el rubio.
Al llegar, la mayoría de los miembros se encontraban sometidos en un profundo sueño, incluyendo a Taehyung. El mayor despertó al jefe y posteriormente a Jungkook.

— Despierta a Jimin — espetó el castaño — tenemos que bajar rápido para asegurarnos de que nadie más nos haya seguido hasta acá.

Jungkook asintió a la par que tomaba el pequeño cuerpo para alzarlo.

— El puede caminar, solo despiértalo. — volvió a hablar el jefe postrando su mirada penetrante sobre él.

— No podrá caminar, está herido. — agregó de pronto Yoongi quien miraba atento la escena.

— ¿Herido? — preguntó Taehyung acercándose a Jimin — ¿Dónde? ¿Qué le hicieron esos hijos de puta?.

— Está bien — intervino Seokjin dedicándole una mirada molesta al castaño — Mientras salíamos por la puerta trasera trataron de llevárselo, le ordené que corriera y tropezó. Nada de otro mundo.

Yoongi río entre dientes.

— De verdad odias a ese niño.

Después de ingresar, Jungkook subió al rubio hasta la habitación que se encontraba en la parte alta de la cabaña. Lo arropó y cerró la puerta con extremo cuidado. Suspiró y bajó para enfrentar la cruda realidad que lo esperaba.

Tras varios minutos de silencio, Hoseok se armó de valor y habló.

— Entonces... ¿Vamos a hablar de lo que sucedió? - cuestionó temeroso.

Casi como si hubiera sido algo obvio, todos miraron al jefe.

— Me gustaría preguntarle lo mismo a Jungkook — soltó — Sabías todo esto, ¿No es así?.

Jungkook asintió.

— Perdón.

Tae soltó una carcajada que provocó que la mirada del azabache se postrara sobre la de él.

— ¿En serio sólo eso dirás? — continuó — ¿Perdón?, ¿Eso vale para ti mi confianza?.

La mandíbula de Yoongi se tensó en cuanto divisó una lágrima recorrer la mejilla del contrario.

— Si...solo eso diré porque se que no hay justificación alguna para lo que hice — contestó Jungkook, sus orbes cristalinos aún sobre la mirada del jefe.

— Sólo quiero saber porque lo hiciste. — más que una orden sonó como una súplica.

El azabache bajo su mirada. De verdad estaba muy arrepentido.

— Y-yo... no podía dejar a Jimin así, estaba muy asustado — sollozó — nadie se merece eso... nadie se merece todo lo que él pasó.

—¿ Y tú crees que los miembros se merecían esto? — preguntó alzando su tono de voz — ¡Contéstame!.

Yoongi dirigió su vista hacía Jungkook y se percató de que las manos del contrario estaban temblando. Esa fue la gota que derramó el vaso.

— Ya te contestó — escupió el pálido — No quieras que toda la culpa recaiga sobre él cuando tú perfectamente disfrutabas cogértelo. 

El castaño sintió como su sangre hervía y no se le ocurrió otra manera más civilizada de arreglarlo que soltarle un puñetazo al más bajo.
Los miembros trataron de separarlos pero les fue imposible.
Ambos eran personas con personalidades completamente diferentes y maneras de pensar distintas, pero lo que tenían en común era que ambos actuaban antes de pensar y al momento de pelear no había fuerza humana que los detuviera.

PECCATORI || Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora