Destinados

Capítulo 43. "Música y ¿beso?"

Para una mejor experiencia, se recomienda escuchar la multimedia cuando se vean los siguientes emoticones: 🎧🎵

Apartada del público, prácticamente afuera de la multitud de espectadores, Celina se hallaba tratando de calmar su frustración.

—¡No puede ser! —se llevó las manos a la cara y ahogó un grito de molestia. Era bastante irritante el pensar que tan solo minutos atrás estaba a nada de recibir una confesión que realmente la tenía ansiosa, y que antes de eso, no sabía que necesitaba.

Lo peor de todo era que no tenía idea de cómo volver con su acompañante. Si la separación había sido repentina, lo único que alcanzaron a hacer fue llamar al nombre del otro, antes de alejarse.

En ese momento la mente de la chica se convirtió en todo un caos. Mientras trataba de pensar y pensar en cómo haría para encontrarse con ese chico, la música que ya había empezado a sonar la distraía de cualquier idea que tuviera. Sus sentidos la empezaron a traicionar y un gran estrés la abordó, logrando que estallara en un grito con el que se desahogó. Aunque realmente no se pudo escuchar a sí misma por la canción que estaba sonando.

Agh... ¡Debería solo alejarme de todo este ruido y todas estas personas desconocidas! Debería...

—¡Ya sé! —soltó en voz alta, pues cuando finalmente ideó la respuesta, se emocionó de más.

Echó a correr mientras pensaba:

Alexander ¡espérame!

🎧🎵

Entre tanto que Alexander por su parte, apenas estaba llegando a su destino, detrás del escenario.

Algunos grupos de bandas y uno que otro solista que iba saliendo de ahí, observaban a Alexander. El solitario chico se mantenía esperando por su acompañante. No sabía qué más hacer, así que solo se limitaba a escuchar la música que sonaba en el momento.

La acústica desde ese lugar era algo diferente, en realidad se escuchaba bastante bien, Quizás no tanto como estar al frente de la muchedumbre, pero definitivamente era otra vibra diferente.

A pesar de eso, gran parte de su cabeza y pensamientos eran de impaciencia por cada segundo que transcurría sin la castaña vivaz a su lado.

Sobre todo porque el último momento que estaba compartiendo parecía estar siendo algo especial.

Si tan solo no hubiéramos sido interrumpidos de esa manera...

Un quejido salió de su boca fruncida. Lanzó una patada a la nada y miró al cielo. El anochecer era algo bastante hermoso, sin embargo no pudo evitar cerrar sus ojos y pensar en la imagen de aquellos ojos marrones que lo observaban de tan cerca.

Un poco más cerca...

—Aquí estás —masculló al lado suyo, sosteniéndose con una mano de el hombro del chico. Este último volteó de inmediato a la voz que sonó en su oído, y la cabellera castaña con la cabeza gacha le decía con certeza que habían logrado encontrarse.

—Celina...

—Dame... Solo un segundo, no tienes ni idea de todo lo que corrí para poder llegar hasta acá... —Con respiración dificultosa, se tomaba su tiempo para recobrar el aire. Mientras el corazón de ella estaba acelerado de tanto correr, el corazón del chico se aceleraba por la alegría que tenía por tan solo verla ahí.

—En serio no puedo creer que haya logrado acertar, la verdad es que no tenía idea para nada de dónde podría encontrarte y luego pensé, porque antes de que todo el espectáculo comenzará tu y yo estábamos aquí, y de hecho estábamos a punto de... bueno hacer eso, ya sabes, lo mismo que estábamos a punto de hacer antes de que toda esa gente nos empujara, y bueno, en realidad...