El timbre final de la última hora de clases sonó, y avisó el fin de aquel día escolar.
Siete adolescentes salieron del lugar en conjunto. Charlando entre todos y riendo ante alguna broma de ellos mismos.
—¿Les parece si vamos ahora al parque central?
—Mmh... Siempre vamos allí, ¿no creen?
—Yo creo que el lugar es cómodo. Yo sí voy, Isaac —declaró sonriente la chica de cabello corto.
Jade finalmente accedió, a pesar de cualquier queja, e igualmente los demás se sumaron al plan. Excepto Celina y Alexander.
—Bueno.. Yo tengo que volver a mi casa. Pero espero que se la pasen bien, hasta luego.
—Espera, te acompaño. —Alexander se apresuró a tomar su mano.
—Buah, ya era suficiente con Maya e Isaac. No era necesario que se formara otra pareja en el grupo.
—¡Qué dices! É-él y yo no somos pareja...
Ambos castaños se alejaron de ahí, riendo por las reacciones de esos dos. Sin embargo, pasaron por alto las miradas de dos rubias. Ellas no reían. Solo los observaron mientras se alejaban en la distancia.
—Es realmente lindo pasar el tiempo así, ¿sabes?
—Sí, es verdad. Me alivia tanto que el ambiente ya no sea tan incómodo. Aunque es raro ver a Rosalyne intentando actuar amable —respondió con una sonrisa.
Siguieron caminando hasta su destino, mientras lucían como una común y corriente pareja de jóvenes.
Ahora, después de que Alexander se hubiese acercado a Rosalyne. El grupo de amigos había cambiado para bien. Por lo menos aceptaron recibir a la nueva Rosalyne menos controladora y egocéntrica, a pesar de que ahora era muy callada. Aunque aún así, sonreía bastante cuando hablaba con Alexander.
Él también estaba muy feliz ahora, pues pasaba mas tiempo con la chica que tanto quería, y había perdido un poco de miedo al hermano de Celina, después de pasar más tiempo con ella.
—En fin, hasta aquí llegamos —se dio la vuelta para posicionarse frente a él, y sonrío antes de darle un beso de despedida. El sonrojo que le provocó, lo dejó inmóvil hasta que ella se metió a su morada y por la ventana río al verlo reaccionar tarde.
—Ugh... Es súper raro verlos actuar así todos los días. ¿Cuánto más tardaran en superar la etapa de la luna de miel?
—Cállate, Nairam. Ni que lleváramos tanto tiempo.
—Claro que sí.
—Que no... ¿A qué día estamos hoy?
—A catorce de noviembre.
—¿Lo ves? Apenas llevamos unos cuantos días, y ni siquiera... Oh no. —Justo en ese instante, pareció recordar algo.
—¿Qué ocurre?
—Ay, no, no, no... Mier...
—¿Qué pasa, Celina?
—¡Mañana es su maldito cumpleaños!
Alexander regresó a su casa caminando a paso lento, rememorando la sensación embriagante que lo allanaba cada vez que disfrutaba el privilegio de probar los labios de la chica.
La sonrisa no lo abandonaba, y la felicidad de su vida en esos momentos, era todo lo que necesitaba.
—¿Te fue bien en tu último día de escuela con diecisiete años?
—¿Qué? ¿Qué haces aquí, Casandra?
—Bueno, pedí horas extra para tener tiempo libre el día de mañana. Obviamente la voy a pasar contigo... A menos que planearas pasarla con tu novia. Si quieres puedo ir ahora, y...
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Destinados
Ficção Adolescente¿Has sentido esa conexión que ocurre cuando conoces a tu otra mitad? ¿Alguna vez experimentaste la química de encontrarte con la pieza faltante en ti? ¿Conoces la sensación de electricidad que te recorre el cuerpo cuando sabes que tu y esa persona s...